Los redactores que trabajan en las zonas más peligrosas del país suelen decir que se convirtieron en “corresponsales de guerra” cuando la «guerra los alcanzó”.
Tras el asesinato de tres periodistas el mes pasado, Miroslava, Cecilio, Ricardo, en tres puntos distintos del país- Guerrero, Veracruz y Chihuahua- se extiende la idea de que marzo ha sido un mes fatídico para la prensa en México.
El amplio informe presentado este jueves por Artículo 19 confirma que se trata solo del punto más alto de una tendencia que no deja de crecer desde hace años; un mes malo, en un año fatídico, en el marco de una década trágica, que cuenta sus muertos por decenas.
A lo largo de 224 páginas sobre la -mala- salud de la prensa en México, la organización no gubernamental inglesa, fundada hace 30 años para la defensa de la libertad de expresión, documentó en un informe que se presentó el jueves que el año pasado 11 informadores fueron asesinados, hubo 426 agresiones contra la prensa y todavía hay 23 periodistas desaparecidos.
Plata, plomo y software
El informe titulado ‘Libertades en resistencia’ registró una a una estas agresiones y llegó a la conclusión que de las 426 palizas, anónimos, advertencias o asesinatos, más de la mitad, 257, fueron cometidas por funcionarios públicos o partidos políticos y 17 por el crimen organizado. De ellas el 40% fueron cometidas por autoridades estatales, el 35% municipales y el 25% federales, señala el documento.
La novedad del informe radica en capítulos como Plata o plomo en el que no solo se documentan las agresiones físicas sino que se adentra en los nexos entre los poderes públicos y el silencio. En el apartado plomo se incluyen los asesinatos y los cientos de agresiones y en el de la plata, la creación de periódicos al servicio de los poderes públicos.
Catalina Botero, exrelatora para la Libertad de prensa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recordó que en algunos estados hay 74 periódicos frente a los cinco o seis que se publican diariamente en un país como Colombia. “En muchos casos la prensa es solo un negocio que se sostiene con publicidad institucional, muy útil en las zonas donde no hay acceso a Internet y las radios y periódicos son la única forma de información”, denunció.
En otros casos, los intentos por silenciar a la prensa tienen que ver con el espionaje y los programas informáticos detectados, capaces de insertarse en el teléfono de un redactor, como el acoso sufrido por el periodista Rafael Cabrera, que reveló el escándalo de la Casa Blanca, la vivienda del presidente, Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, construida por un empresario beneficiado por múltiples contratos, y en otras vías de publicidad.
“En este México nuestro, donde el periodismo ha llegado más lejos en la investigación y denuncia de casos de corrupción que los responsables de investigarlos, no nos podemos dar el lujo de estar desinformados”, lamentó Ana Cristina Ruelas, directora de Artículo 19 para México y Centroamérica.
En 2016, once periodistas fueron asesinados, hubo 426 agresiones y 23 informadores continúan desaparecidos»
Mapa de libertad de expresión
Es casi un lugar común decir que Tamaulipas es un Estado silenciado, donde la prensa, y hasta los usuarios en redes sociales, perdieron la batalla frente al miedo. Sin embargo, el informe de Artículo 19 incorpora lugares como Oaxaca en lo más alto de esta lista negra.
En el Estado sureño se dieron cuatro de las 11 muertes el año pasado y hubo 60 agresiones, un 70% más que el año anterior, coincidiendo con las elecciones a gobernador. La Ciudad de México y Veracruz encabezan también este mapa sobre la libertad de expresión.
Fiscalía inútil
El informe es muy crítico con la Fiscalía especial, creada a bombo y platillo en 2010 para poner fin a la muerte de periodistas, y que ha resultado totalmente inútil al no lograr ni una sola condena, captura o juicio a los agresores desde su creación hace siete años. Un récord de impunidad del 99’75%, señaló la Ong.
“El Estado ha fallado en proteger, garantizar y sancionar a los culpables. Todas las autoridades de todos los poderes han optado por justificar falta de respuesta” señaló Botero, quien puso el ejemplo de la periodista de Proceso, Regina Martínez, asesinada en 2012, cuya línea de investigación sigue siendo una supuesta relación amorosa.
Para frenar la impunidad, Edison Lanza, Relator especial para la libertad de Expresión de la CIDH señaló que “México debería revisar el papel y las fallas de esta Fiscalía especial para saber porque no avanza a pesar de tener un cuerpo especializado” y exigió capacitación para el Ministerio Público y mecanismos de protección efectivos.
“Si organizaciones internacionales encuentran esos hallazgos (pruebas para localizar a los culpables de las agresiones a los periodistas) también puede hacerlo la justicia” reclamó Botero quien insistió en que mientras prospere la impunidad “México no podrá realizar una genuina transición a la democracia”.
Triste liderazgo internacional
En el contexto internacional, la periodista colombiana, encargada de seguir en la CIDH muchos de los asesinatos de los últimos años, hizo un repaso por el continente y concluyó que “no hay duda de que México el país más peligroso de la región para ser periodista».
“En los últimos años en Brasil ha habido brutales asesinatos en distintos estados. En Honduras la libertad de expresión está amenazada y los lideres sociales son asesinados sin piedad. En Guatemala la prensa se domesticó y guarda silencio, en Colombia está amenazada por el conflicto armado y las bandas criminales y en Venezuela te pueden meter preso por ejercer la libertad de expresión» dijo Botero, «pero México se ha ganado el premio regional en asesinatos e impunidad”.