Por Sofía Cruz Lugo
Cada año la temporada de huracanes del Atlántico se inicia el 1° de junio y termina el 30 de noviembre; los expertos aseguraban que en el 2020 serían más que en otros años. Está por finalizar la época y podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que tenían razón, hasta el momento se formaron 29 ciclones tropicales o subtropicales, 28 tormentas con nombre, 12 huracanes y 5 huracanes mayores.
La región sureste del país ha sido la más impactada por dichos fenómenos meteorológicos, y de los estados que la conforman, Tabasco sufre los mayores estragos. Miles de familias damnificadas han perdido prácticamente todo; también están perdiendo la esperanza, porque la ayuda de los distintos órdenes de gobierno ha sido simbólica ahí donde ha llegado, y en más de los casos no existe.
Al sureste mexicano le ha llovido sobre mojado. Desde junio las tormentas tropicales “Amanda” y “Cristóbal”, provocaron lluvias durante 9 días, comunidades completas quedaron inundadas e incomunicadas. Las situaciones de emergencia motivaron que la Coordinación General del Servicio Meteorológico Nacional atendiera 14 solicitudes de dictámenes técnicos Fonden, que abarcaban 126 municipios de diversas entidades.
Sin embargo, esos municipios no han recibido los recursos. Tal es el caso de los damnificados por pérdida de cultivos de frijol, maíz, piña y caña de azúcar, en los municipios de Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco, en Quintana Roo, a quienes les fueron autorizados 240 millones de pesos del Fonden y hasta la fecha no han recibido ni un peso de dicho apoyo.
Cuando los damnificados se comenzaban a reponer de los daños por sus propios medios, sufrieron el impacto de la tormenta tropical “Gamma”, la cual impactó en Tulum, el 3 de octubre, con una fuerza cercana a un huracán que generó fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, principalmente en Yucatán.
Los agricultores de ese estado perdieron cultivos, comunidades quedaron sin energía eléctrica y algunos abandonaron sus viviendas. Los productores resintieron la tercera pérdida de cultivos, primero por la pandemia por no poder desplazar a los mercados sus frutas o verduras, después el paso de “Amanda” y “Cristóbal” que dañó los cultivos y después el paso de Gamma. Las autoridades estatales de Yucatán declararon que el monto de los daños superaba su capacidad de respuesta y que era necesario que el gobierno federal enviara ayuda extraordinaria. Los afectados aún siguen esperando apoyo del gobierno de Morena.
Después de “Gamma” le siguió “Delta”, que impactó cerca de Puerto Morelos, entre las zonas turísticas de Cancún y Playa del Carmen. A su paso por Quintana Roo, Yucatán y Campeche, dejó pueblos inundados, postes, árboles, semáforos y anuncios espectaculares caídos, cortes de energía eléctrica y agua potable, así como daños en viviendas y carreteras; así como intensas lluvias e inundaciones en Tabasco.
Y, por si fuera poco, tres semanas después, el huracán “Zeta”, tocó tierra el 26 de octubre en Chemuyil, Tulum, Quintana Roo, volviendo a causar estragos y graves inundaciones en la región.
Al momento de escribir estas líneas, el huracán “Eta” afectaría, con intensas lluvias, a los estados de Quintana Roo, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Campeche, por lo que el número de familias damnificadas lejos de disminuir, seguirán aumentando, mientras que el apoyo del gobierno federal es nulo para quienes han perdido, vivienda, cosechas, enseres domésticos, servicios básicos, caminos, etc.
Irónico es, que la mayoría de diputados morenistas, siguiendo órdenes deAndrés Manuel López Obrador (AMLO), aprobaron la desaparición de 109 fideicomisos, entre ellos el del Fonden, un golpe severo para los miles de afectados ya mencionados. Con esa decisión, el gobierno obradorista desampara a miles de familias de las más humildes.
No es una exageración afirmar que el gobierno de AMLO y Morena abandonan a miles de familias damnificadas, es algo que está sucediendo a la vista de todo el país, particularmente por lo que sucede en Tabasco, la tierra del “Peje” como se conoce al presidente de México.
El caso de Tabasco ha tomado relevancia nacional en los días que corren porque prácticamente no ha dejado de llover y porque hacía ahí corren muchos de los escurrimientos de las lluvias procedentes de Chiapas, así como del desfogue de la presa como las Peñitas.
Las imágenes de viviendas inundadas, de mujeres y niños llorando porque han perdido lo poco que tenían, de videos donde los damnificados exigen apoyo del presidente del país, donde declaran que ellos “confiaban que AMLO los ayudaría porque era su paisano”, pero que ante su indiferencia “ya se dieron cuenta que es igual de mentiroso que los anteriores presidentes” y que, por lo tanto, “ya no votaran por Morena”; han circulado en todas las redes sociales.
Dichos testimonios dan a conocer, en tiempo real, el drama que sufren los tabasqueños, describen con angustia la inacción del gobierno ante los daños y sufrimientos de la población más pobre, el gobierno morenista de Tabasco no es capaz siquiera de comprar diésel para poner a funcionar las bombas y desalojar el agua de calles y viviendas.
También el país se enteró de la forma en que fueron reprimidos los pobladores de Simón Sarlat del municipio de Centla, quienes exigían apoyo para reparar los daños ocasionados por las inundaciones. A ellos les aplicaron de forma drástica la “ley garrote”, propuesta por el gobernador y aprobada por la mayoría de diputados, ambos morenistas.
Ante los ojos de los mexicanos queda al descubierto la farsa de Morena, su eslogan de “primero los pobres” es una frase hueca, sólo un adorno para sus discursos, porque cuando el pueblo está necesitando un plan urgente e integral para atender a miles de damnificados, en Tabasco y todo el sureste, a nuestro flamante presidente le preocupa más que sus obras faraónicas como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Tren Transístmico, no se detengan.
Pero si el presidente olvida y abandona a los damnificados, estos últimos no deben olvidar que los engañaron, que les mintieron, que Morena no es la esperanza de México, y que, por lo tanto, no deben confiar en AMLO y Morena, no deben, por ningún motivo, votar por Morena en 2021.