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Chetumal, Quintana Roo. – “Hay alegría y tranquilidad entre los estudiantes, porque hoy tenemos la certeza de que podremos seguir nuestros estudios con el apoyo del albergue estudiantil Felipe Carrillo Puerto y porque desaparece el temor que teníamos de ser desalojados”, afirmó Juan Pablo Noh Loria, estudiante de preparatoria, quien congratuló al Gobierno del Estado y al Movimiento Antorchista por alcanzar acuerdos que culminaron con la entrega del comodato del edificio que los alberga.
“Provengo de una familia de escasos recursos económicos, de gente humilde pero trabajadora cuyos padres siempre han deseado lo mejor para sus hijos, por ello y con gran esfuerzo, me han enviado a esta ciudad a seguir con mis estudios y una de las grandes preocupaciones era dónde podrían alojarme sin que les significará mucho gasto, por suerte dimos con la gente que tiene a cargo el funcionamiento de este albergue y aquí estoy, agradecido por todo y lo poco que me dan”, dijo Noh Loría.
Con el paso del tiempo –agregó–, me di cuenta que las cosas para la administración del albergue no eran fáciles, había que trabajar para conseguir los alimentos; teníamos que botear entre la ciudadanía para poder tener comida, para pagar algunos servicios indispensables, pero lo superábamos, lo que sí nos causaba temor era la posibilidad de ser desalojados porque el gobierno no entregaba el manejo del edificio a nosotros los moradores.
Hace 4 años –detalló–, por las gestiones de diputados federales pertenecientes al Movimiento Antorchista, se lograron recursos por el orden de cerca de 5 millones de pesos del entonces Ramo 32, que ya desapareció el presidente López Obrador, y con ello fue construido el albergue, pero como el recurso es público pues el dinero se canalizó al Gobierno del Estado quien se comprometió a ejecutarlo y a entregarlo para que fueran los propios estudiantes quienes lo administraran.
A pesar de que ya no hay recursos para mejorarlo, nos alegra que el mandatario Carlos Joaquín González haya cumplido y ahora tenemos la certeza de que podremos seguir en el albergue sin preocupaciones de quedar en la calle.
Estamos felices –agregó–, pero lo estaremos más cuando logremos que las autoridades, estatales y municipales, destinen recursos para la alimentación de los estudiantes, el pago de la luz y del internet que son vitales y poder realizar, nosotros y los que vendrán después, nuestros estudios en los diferentes niveles educativos.
