Tres años de fracasos y sin logros de López Obrador

Por Juan Carlos Pool Conteras Vocero del Movimiento Antorchista de Quintana Roo

Durante los primeros tres años de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se apostó a criticar al pasado para mantener el apoyo ciudadano que lo empoderó y lo convirtió en presidente, pero lejos de cumplir promesas de campaña, como generar bienestar y desarrollo para el país, vimos cómo lamentablemente en la administración, autonombrada de la “Cuarta Transformación”, las cifras económicas son las peores registradas en muchísimo tiempo.

López Obrador llegó a la mitad de su sexenio, y ahora es tiempo de evaluar lo que ha hecho y dejado de hacer. En el ámbito político, apuntaló al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que incondicionalmente, desde cualquier trinchera, apoyó y aprobó, modificaciones a leyes que perjudican a millones de mexicanos.

En la Cámara de Diputados y el Senado de la República se cocinan y aprueban las ocurrencias del Presidente; con la justificación del combate a la “corrupción”, se aprobó la desaparición de programas que beneficiaron a millones de personas, familias, niños, adolescentes y adultos.

Sólo por mencionar algunos, están los albergues infantiles, el apoyo a programas de investigación, Prospera, el Fonden, comedores comunitarios, el Seguro Popular, ProMéxico, las Zonas Económicas Especiales, así como diversos fideicomisos que atendían programas educativos, de investigación, salud, entre muchos otros rubros.

Lo criticable de tales medidas es que se justificó que muchos de esos programas servían al Gobierno como medio clientelar para beneficiarse en el aspecto político, pero al final de cuentas López Obrador incurrió en lo mismo, o peor aún, impulsó desde el poder el reparto de dinero a manos llenas a jóvenes, adultos, campesinos y personas de la tercera edad a los que materialmente esclaviza y los hace dependientes de esos recursos.

Pero el mal Gobierno de los tres primeros años de López Obrador va más allá. Según cifras y proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), asegura que entre 2019 y 2021, la economía mexicana acumuló una contracción de -5.5 por ciento. Para México, esto significa que, durante el sexenio de López Obrador, que concluye en 2024, el crecimiento económico podría ser nulo. Pero incluso si el país no crece a tasas de al menos 1.8 por ciento entre 2022 y 2024 el saldo sexenal económico sería negativo.

México con la Cuarta Transformación no aumenta sus inversiones, no puede crear nuevos y mejores empleos que puedan beneficiar a la gente, y como consecuencia, vivimos la severa crisis que enfrentamos, mientras que la inflación ya rebasó el 7 por ciento, de acuerdo a proyecciones del subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.

Lo que el Gobierno debe hacer es crear las condiciones con empleos para todos y salarios justos suficientes para que los trabajadores puedan ofrecerle una vida más digna y de bienestar a sus familias, además de dar certidumbre a las empresas para que puedan invertir en México, pero no se hace, al contrario, se privilegia la entrega de dádivas, dinero fácil a los ciudadanos para mantenerlos en control y asegurar el apoyo popular de un Gobierno que hasta el momento ha sido incompetente, manipulador y poco fiable, pues todo apunta que al final terminará hundiendo al país en quizá la peor crisis económica de su historia.

Por otra parte, el sector empresarial sufre los embates presidenciales, al grado de ser señalados y acusados de complicidad de la corrupción que ha permeado en México, pero López Obrador y los de su 4T no toman en cuenta que las empresas, de cualquier tamaño, son las que generan empleo que mantienen la vida económica del país.

En un comunicado emitido apenas este 30 de noviembre, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) explicó que la pandemia tomó a México con una economía debilitada y en recesión, ya que en 2019 se registró una contracción del -0.1 por ciento, esto sucedió por primera vez en diez años.

“Desde noviembre de 2018, la Inversión Fija Bruta (indicador que mide la confianza y expectativas para invertir) mostró caídas anuales consecutivas. En noviembre de 2019, la confianza empresarial de los tres sectores que mide el Inegi (construcción, manufactura y comercio) exhibía ya niveles pesimistas (13 meses seguidos). Por su parte, el sector construcción acumula 25 meses con el mismo escenario desde noviembre de 2018″, mencionó la Coparmex.

De acuerdo con el organismo, la generación de empleo también ha sido nula: “en 2019, se crearon 342 mil 77 empleos formales, esto es 50 por ciento menos de los datos registrados en 2018 y 26 por ciento menos de lo visto en el primer año del sexenio anterior (2013)”.

La Coparmex mencionó en el documento que se han recuperado solamente el 50 por ciento de los empleos formales perdidos, por lo tanto, faltan 561 mil 984 de ellos para volver al estado previo al inicio de la pandemia.

En cuanto a las empresas, la situación no es muy distinta, ya que, de acuerdo con el organismo, “15 por ciento de ellas dice que sólo podrían mantener sus operaciones por tres meses más. Esto quiere decir que alrededor de 700 mil empresas están en riesgo inmediato de cerrar ante las condiciones actuales y la falta de apoyo del Gobierno”.

La Coparmex, finalmente, hizo un llamado para aprender de la experiencia vivida en lo que va del sexenio para impulsar una nueva estrategia, además, pidió al Gobierno no negar la existencia de una de las peores crisis económicas de la historia. “Esto sólo tendrá, como consecuencia, mayor pobreza, más desempleo, la quiebra de millones de micro, pequeños y medianos negocios, y la condena al país a padecer una recuperación larga y dolorosa”, expuso.

Estos son los datos duros de los tres primeros años de Gobierno de López Obrador, que para muchos son los peores que se recuerdan de una administración presidencial, pero para otros, los que apoyan incondicionalmente al mandatario, no cuentan para lesionar la imagen del que para ellos es el mejor Presidente que ha tenido México. Usted tiene la última palabra.