Las representaciones, algunas de ellas realizadas en bajorrelieve, fueron localizadas en la chimenea de una cueva de muy difícil acceso.
Espeleólogos han hallado en una cueva de la localidad española de Errenteria (norte) denominada Aitzbitarte IV, unas imágenes paleolíticas de animales de hace unos 14 mil años, grabadas en arcilla, únicas en la Península Ibérica por la técnica utilizada y en un “excepcional” estado de conservación.
El hallazgo se produjo el paso abril, pero fue dado a conocer hoy en una rueda de prensa por los arqueólogos Diego Garate y Olivia Rivero, junto al miembro del gurpo espeleológico Féliz Ugarte, Javier Busselo.
Javier Busselo, miembro del grupo espeleológico Félix Ugarte, y los arqueólogos Diego Garate y Olivia Rivero han dado a conocer hoy este hallazgo, realizado el pasado mes de abril, en una rueda de prensa que han ofrecido en San Sebastián junto al diputado foral de Cultura, Denis Itxaso.
La figuras, datadas en el Magdalenisense Medio, son una quincena de representaciones de bisontes, caballos y cérvidos, así como vulvas, explicó Diego Garate.
Algunas de esas imágenes fueron modeladas sobre la arcilla con “una técnica desconocida hasta ahora” en otras cuevas de la Península Ibérica pero que enlaza con otros hallazgos realizados en el Pirineo central, en el Ariège francés.
En concreto, uno de los bisontes y otro animal aún por determinar fueron realizados por artistas prehistóricos mediante un buril de sílex, utilizando también los dedos para crear volumen y planos de relieve diferenciados sobre la arcilla, con el fin de resaltar la perspectiva de las extremidades con extraordinaria minuciosidad.
Las representaciones, algunas de ellas realizadas en bajorrelieve, fueron localizadas en una chimenea de la cueva, de muy difícil acceso, a la que se llega tras ascender un tramo de unos diez metros y atravesar dos tubos semiverticales de otros ocho metros.
El espeólogo miembro de la asociación de espeleólogos Felix Ugarte, Sergio Laburu. Foto: EFE/Gorka Estrada
“Cuando me mandaron las imágenes por el móvil eran tan espectaculares que pensaba que me estaban engañando” y, al verlas al natural, “me quedé sin palabras”, señaló Garate al recordar cómo tuvo conocimiento del hallazgo.
El magnífico estado de los grabados se debe, además de a la inaccesibilidad del lugar, a las condiciones estables de temperatura y humedad que existen en la galería, que las ha mantenido en una especie de “frigorífico” en el que nada ha cambiado en los últimos 14 mil años, indicó.
El yacimiento tiene forma de “Y” en la que se diferencian varios grupos de representaciones, el primero es un bisonte, realizado con “una maestría muy poco común”, y otra figura animal que aún no ha sido concretada, mientras que en el segundo conjunto se observar una gran vulva de un metro de altura, junto a otro órgano femenino de estas características de menor tamaño.
El tercer grupo de imágenes está ubicado en una especie de “gatera” con un suelo de arcilla “intacto” que aún no ha sido explorado para no alterar su entorno pero en el que, desde la distancia, se aprecian varios bisontes y figuras.
Los especialistas, que también han encontrado la impronta de una mano humana sobre una de las paredes, estudian ahora cómo realizar el análisis de esta galería, para lo que manejan la posibilidad de utilizar perchas con cámaras o incluso un dron.
El yacimiento de Aitzbitarte está situado en una colina atravesada por una treintena de oquedades cársticas cuyo extraordinario valor arqueológico es conocido desde el siglo XIX.
Las cuevas con mayor potencial son las denominadas Aitzbitarte III, IV y V, en las que en 2015 ya se encontraron otros grabados de unos 25 mil años de antigüedad.