Por Dimas Romero
Dirigente de Antorcha en Quintana Roo
Ayer por la noche, con preocupación me enteré que de nueva cuenta el Movimiento Antorchista Nacional recibe un ataque gratuito de un mercenario de las noticias, que empeñado en presumir la bazofia que su estólida cabecita produce, ve hasta en los más ridículos actos noticiosos, una oportunidad de oro para vomitar lo que rebosa ese estómago que tiene por cerebro, no para informar, sino para cumplir la consigna que le han dado.
Pero al instante me reconforté con solo recordar una frase de un gran revolucionario que dejó grabado con tinta indeleble su nombre en la historia de las luchas de liberación que forjaron la recia personalidad de Cuba, esa pequeña gran isla, que con solitaria y digna bandera, se ha sostenido por más de 50 años como la encarnación del ejemplo y la esperanza de triunfo de los explotados en nuestro continente, me refiero a José Martí, cubano ilustre cuyas palabras parafraseo en la siguientes líneas, por ajustarse al caso del que me ocupo… el que enemigos no tenga, señal es que no tiene: ni talento que haga sombra, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que murmuren, ni bienes que se codicien, ni cosa buena que se envidie. Ahí es nada.
Y llegué a la conclusión de que en efecto, ese y otros virulentos ataques recientes, son la prueba real, de que gentes con poder en algunas esferas de la política del estado, nos ven como enemigos, de que temen a nuestro valor, de que se sienten asombrados por nuestro exitoso trabajo de gestoría en beneficio de los humildes, y que esto afecta sus intereses, por lo que consideran necesario, detener la lucha y el crecimiento de Antorcha, a costa de lo que sea, intentando manchar nuestra bien ganada reputación de organización que sirve honrada y limpiamente al pueblo pobre de México, para lo cual lanzan su nauseabunda propaganda mediática a cada oportunidad que se les presenta.
Asombra que no les importe el que su gozque, muestre a cada palabra su incapacidad congénita para razonar, y que en sus mamotretos disfrazados de noticias, lance calumnias que no se sostienen ni gramaticalmente hablando. Explico:
En un medio digital en cuyo enlace aparece el nombre de David Romero Vara, se hace referencia a la invasión de un fraccionamiento llamado “ Villas del Arte” llevada a cabo por 25 familias (según la nota que nadie firma) en la Supermanzana 316 de Cancún. No la transcribo completa; primero, por falta de espacio; y segundo, porque no me atrevo a torturar a mis posibles lectores con el cúmulo de errores ortográficos y gramaticales que seguramente asombrarán a todo mundo por hallarse en una nota que ostenta en su página principal el nombre de uno de los más prestigiados locutores radiofónicos en el estado. Por ello, transcribo literalmente solo la parte en que se nos acusa vil, artera y calumniosamente de invasores: “Entre las familias (invasoras, DRG) se encuentran incluso niños limpiando los patios de las casas, y hay personas que incluso tienen hasta sus vehículos de lujo estacionados frente a las casas aún cuando no cuentan con permiso algunos para ocupar las casas, al ser cuestionados si pertenecen a alguna agrupación, estos no respondieron y solamente se limitaron a decir que no dirán nada, ya que al parecen pertenecen al movimiento antorchista quien se ha caracterizado por invadir predios y después exigir a la autoridad que los dote de servicios”. ¡Ah, perdón se me pasaba comentarles respecto de otra línea en la que se dice que ni autoridad alguna ni los propietarios se han presentado a denunciar la invasion!
Les pido perdonen mi rotunda negativa a siquiera intentar argumentar, refutar o revisar los visibles disparates que se exhiben en esas mal redactadas líneas. Puesto que nosotros no estamos obligados a demostrar nada, porque todo mundo aceptará sin conceder, que uno de los principios básicos de nuestro sistema jurídico consiste, en que en este país, todo al que se le acusa de algún delito, es inocente hasta que se le compruebe lo contrario y que, quien acusa está obligado a demostrar, so pena de quedar exhibido como calumniador y falso.
Así que invito a quien esto escribe a que demuestre lo que ahí dice, para lo cual ofrezco presentarme delante de autoridad, institución o persona facultada ante la ley, para dirimir este y los demás delitos de “invasión” que los antorchistas cometemos. Y como sé que eso es imposible, no me queda más que agradecer al Fulanito, que no pone su nombre, por darme la oportunidad de que miles de personas vean que recibimos ataques gratuitos de sectores en los que se esconden y cobijan los verdaderos ladrones y crimínales en nuestra sociedad, ataques que en los hechos nos dignifican, más que ofendernos. Gracias, buenas noches y a sus órdenes para cualquier aclaración.