Por Daniel Osorio García
Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista de Quintana Roo
Partimos de la premisa que es una realidad inobjetable el incremento alarmante de la pobreza en el sureste del país. Con base en informes oficiales recientes, encontramos que la población en situación de pobreza extrema aumentó en Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, Estados en los que desde 2019 se construye el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, que son proyectos emblemáticos del Gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y que supuestamente, por lo menos en el discurso, desde su construcción, con ellos se mitigaría las condiciones de pobreza de la población más vulnerable y marginada, promesas que se han reducido en un rotundo fracaso, y en una mentira más al pueblo de México.
En los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se observa que Quintana Roo fue la entidad con el mayor aumento en el porcentaje de población en pobreza extrema, al pasar de 3.8 a 10.6 por ciento entre 2018 y 2020, mientras que en Yucatán la población en pobreza extrema registró un alza de 6.5 a 11.3 puntos porcentuales, en Campeche aumentó de 9.5 a 12 por ciento y Tabasco pasó de 12.1 a 13.7 por ciento.
Si analizamos en concreto el caso de Yucatán, observamos de manera alarmante, que esta entidad rebasó el promedio nacional de familias en situación de pobreza con 49.5 por ciento, ya que el promedio en el país es de 43.9 por ciento, según lo informó el investigador Joaquín Chan Caamal (Diario de Yucatán, abril del 2022). A su vez, el doctor en Estadística, Enrique de Alba Guerra, vicepresidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), destacó recientemente que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, elaborada por el instituto, arrojó resultados negativos para los yucatecos en la mayoría de los indicadores que mide esta investigación.
En el reporte, también se observa que, en carencias sociales en los hogares yucatecos, rebasó la cifra nacional con 21.8 por ciento por 19.2 por ciento; y en rezago educativo volvió a superar el porcentaje nacional (18.5 por ciento) con 19.2 por ciento; mientras que en ingreso corriente promedio trimestral por hogar en 2020 fue de 46 mil 766 pesos cuando en 2018 fue de 53 mil 447 pesos, lo que representa una disminución de 12.5 por ciento. Por otra parte, en ingresos por trabajo es de 28 mil 731 pesos equivalente a 132.73 pesos diarios cuando en 2018 fue de 33 mil 678 pesos, una disminución del 14.7 por ciento. Los datos también reflejaron una enorme brecha entre los ingresos en zonas urbanas y rurales de Yucatán.
Suma y sigue, Alba Guerra, agregó que “comparado con datos nacionales, Yucatán tiene porcentajes altísimos de familias en situación de pobreza, carencias sociales, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, carencia de espacios en vivienda, acceso a servicios básicos en la vivienda y alimentación de calidad”.
Este incremento alarmante de la pobreza, de carencias sociales y de la falta de servicios públicos de calidad que arremeten contra el pueblo yucateco, son en gran medida porque parte de los recursos federales que eran destinados a obras y servicios en beneficio de los más pobres, ahora se enfocan en los grandes proyectos de la «Cuarta Transformación», entre ellos, el Tren Maya, pero también se debe a la falta de capacidad administrativa y de voluntad política del Gobierno del Estado que encabeza el panista Mauricio Vila Dosal, quien no ha sabido atender las demandas prioritarias de cientos de habitantes de colonias y comunidades vulnerables y marginados, sin duda el pueblo trabajador de esa entidad es quien padece en carne propia y con mayor fuerza las consecuencias y los embates de la pobreza.
Vila Dosal, en sus discursos engañosos, ha señalado que su reto para el 2022 sería acabar con la pobreza que lacera a miles de yucatecos, lo que es una total y vil mentira, ya que la realidad que se vive cotidianamente en cada familia es más cruel de lo que piensa el mandatario, y esta situación ha ido en aumento como también acreditan los informes oficiales, por lo que el mandatario debe realmente asumir su responsabilidad y atacar los problemas que laceran al pueblo yucateco, de otra manera, poco o nada podrá hacer de lo que le resta de administración.
Ya son tres años de errores y fracasos de Vila Dosal, y no se augura mejorías en los siguientes años que le resta de su administración. El pueblo ya está cansado de sus mentiras, de su política de oídos sordos, y de la nula atención de las necesidades básicas de los más necesitados, que al igual que López Obrador, ha mantenido una completa cerrazón contra el pueblo organizado en el Movimiento Antorchista, quienes desde del inicio de su Gobierno han solicitado que se atiendan diversas necesidades para disminuir el impacto de la pobreza, pero a la fecha no han sido atendidos.
Por la creciente pobreza, la desatención y la cerrazón del Gobierno estatal, es que los campesinos y colonos yucatecos organizados en el Movimiento Antorchista han insistido para que sean escuchados, sin embargo, no han sido atendidos. Ante la insensibilidad y falta de voluntad política para solucionar las demandas más urgentes del pueblo, los antorchistas quintanarroenses le reiteramos a nuestros compañeros yucatecos nuestro apoyo fraterno y decidido, citando las palabras de nuestro dirigente nacional, Aquiles Córdova Moran: “todos sabemos que la libertad y los derechos de los pueblos no se mendigan, se conquistan mediante la lucha organizada”, adelante compañeros.