Por David Sánchez Reyes
Vocero estatal del Movimiento Antorchista de Quintana Roo
Con la realización de un evento multitudinario que reunió a más de 30 mil antorchistas en la capital del estado, el Movimiento Antorchista de Quintana Roo, celebró hace un año su 18º aniversario de trabajo y lucha en favor de los olvidados y más humildes de este hermoso estado del sureste mexicano.
Antorchistas procedentes de los once municipios de este estado, se dieron cita en el estadio de futbol “José López Portillo” de la ciudad de Chetumal, con la finalidad de celebrar “su mayoría de edad” como organización social en Quintana Roo, logrando reunir a cerca de 31 mil personas, entre campesinos, colonos, estudiantes, profesores, amas de casa y personas de los demás sectores populares que conforman la geografía estatal.
En punto de las 7:30 de la mañana, para no sufrir el azote de los potentes rayos solares, del día 22 de abril del año pasado, comenzó este magno evento, que ninguna otra organización política o social ha podido realizar en la entidad, inició el programa con las palabras de bienvenida a todos los presentes del entonces dirigente estatal, Lic. Dimas Romero González, resaltando la presencia del líder indiscutible del Movimiento Antorchista Nacional, Ing. Aquiles Córdova Morán, del Dirigente Regional en el sureste mexicano, Lic. Franklin Campos Córdova y de todos los miembros del Comité Ejecutivo y de la Dirección Nacional que en ese día estuvieron presentes.
Dimas Romero González, quien fue dirigente del antorchismo quintanarroense durante 10 años e indudablemente el principal promotor, junto con un reducido grupo de activistas, del desarrollo de la organización en el estado en este periodo; de manera breve dio una semblanza de los grandes avances que la organización logró concretar en beneficio de miles de familias humildes de la Zona Maya, del sur y del norte del estado.
Posteriormente, el maestro Aquiles Córdova Morán, en un discurso vigoroso y contundente, primero se refirió al estado como tal destacando la belleza natural y el potencial turístico que posee, el cual le permitió en pocos años ser uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial, que más divisas aporta al erario público y que más ganancias genera a los dueños (nacionales y extranjeros) de los grandes hoteles y complejos turísticos que existen en la zona hotelara de Cancún y la llamada Riviera Maya, en los municipios de Puerto Morelos, Solidaridad y Tulum.
Riqueza y opulencia material que contrasta, solo a unos poco kilómetros de distancia con la pobreza y marginación que existe en la zona rural indígena maya ubicada en los municipios de Tulum, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas y en la zona urbana de la ciudad de Cancún, principalmente en las más de 130 colonias paupérrimas e irregulares de esta joven ciudad, zonas donde habitan muchos de los trabajadores de hoteles y restaurantes de la zona turística y que no cuentan ni con los más elementales servicios públicos que le permitan vivir de una manera verdadera humana.
De forma contundente sentenció que para acabar con esta lacerante desigualdad y marginación no solo en Quintana Roo sino en todo el país, es necesario cambiar el modelo económico neoliberal del capitalismo inhumano y rapaz predominante en la actualidad, por un modelo o sistema económico más humano, más justo y más racional, que no atente contra sí mismo, solo por satisfacer el deseo desenfrenado de obtener la máxima ganancia, a cualquier precio.
Para esto, el Ing. Aquiles delineó la política pública que el gobierno debe implementar para empezar a modificar el sistema económico que acabe con esta terrible situación que mantiene en la pobreza y marginación a millones de mexicanos con derecho a una vida más digna. Resumió esta política pública en 4 puntos fundamentales: trabajo para todos, salario remunerador, una política fiscal equitativa y progresiva que le cobre más impuestos a los ricos, y una redistribución del gasto del gobierno, que deje de darle más dinero a los de arriba y empiece a dar lo que le toca a las clases populares.
Si el gobierno hace esto, dijo contundente, quien dirige a una organización con verdadero arraigo popular en casi tres millones de familias de mexicanos, la pobreza comenzará a disminuir, al igual que muchas de sus consecuencias como la desigualdad social, el ambulantaje, el crimen, la inseguridad, el bracerismo, el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución, pornografía y todos los males que aquejan a la sociedad; el pueblo tendrá medicina, educación, alimentación, y no regalada a través de despensas, que son una limosna social, sino pagando con su salario digno y remunerador.
Eso es lo que propone Antorcha para empezar a cambiar las cosas de fondo en esta nación, una de las más ricas del planeta. Somos la catorceava economía más grande, más rica, a nivel mundial. pero también somos uno de los países donde existe más desigualdad y pobreza. En México, según cifras oficiales, la desigualdad entre pobres y ricos es verdaderamente abismal, espantosa, pues, mientras existen no más de 60 familias, que poseen más del 50 por ciento de la riqueza producida del país, más de la mitad de la población vive con menos de tres dólares al día y no poseen riqueza alguna más que su fuerza de trabajo, es decir, que si no trabajan no comen en el día.
Por eso es urgente atacar el problema del desempleo y del empleo informal, el ambulantaje y las personas que se ven obligadas a delinquir, a prostituirse, a involucrarse en actividades del crimen organizado, a emigrar al vecino país del norte, cualquier cosa indigna, por la necesidad de llevarle un poco de alimento a su familia y de tener mejores oportunidades de vida.
Por esto y por muchas razones más, lo planteado por el Ing. Aquiles Córdova Morán tiene plena validez y vigencia para mucho tiempo por venir. Esos cuatro puntos o ejes planteados, constituyen la estrella polar hacia la cual tiene que ser redireccionado el barco donde estamos todos y que se llama México. Y para que nuestro barco navegue por la dirección correcta necesitamos organizar mínimamente a 10 millones de mexicanos a lo largo y ancho del país para poder convertirnos en un partido nacional que conquiste, por la vía democrática, el poder político de México y, con esta visión científica del problema y su solución, cambiar las cosas de fondo de manera gradual pero radical en este noble país, que ha soportado dictaduras abiertas y embozadas, gobiernos que solo han servido, fundamentalmente, sin importar color o filiación, a los intereses de las clases y grupos que siempre han ostentado el poder.
El Movimiento Antorchista Nacional llama al pueblo a despertar y a luchar por una verdadera democracia y justicia social, que no quede solo en el discurso y en letra muerta, sino que se convierta en una política gubernamental y quehacer ciudadano cotidiano, pensando siempre en resolver las grandes carencias e injusticias que aquejan a la inmensa mayoría del pueblo mexicano.