Por Daniel Osorio García Dirigente del Movimiento Antorchista de Quintana Roo
Ante la reciente y reiterada ofensiva verbal injustificada de quién dirige la administración y ejecución de los recursos públicos de todos los mexicanos, es decir, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, nuevamente arremetió de forma agresiva, iracunda e irracional acusó a los líderes del Movimiento Antorchista Nacional, de intermediarios, de que en la “4T” la ayuda llegará de manera directa a los afectados, sin embargo el pusilánime “ Presidente del Pueblo” sin pruebas fehacientes que sustenten sus afirmaciones, aprovechándose del poder político no ha podido comprobar dichas acusaciones que ante la ausencia de pruebas se reduce a calumnias para justificar su incompetencia e inconformidad social generado en los tres años de mal gobierno.
Lo anterior, en el contexto de la visita de López Obrador a Huauchinango, Puebla, donde haciendo gala de su investidura como Presidente de México, acusó a los antorchistas de robarse los beneficios de los programas sociales, esto con el ya agotado argumento de que se recibía apoyos y que se los quedaba sin repartirlos entre sus simpatizantes, pero sin presentar las pruebas para acreditar sus declaraciones, quedando su afirmación como un simple comentario de mercado; todo esto motivado porque un grupo de personas, que no pertenecen de ninguna forma al Movimiento Antorchista, le reclamaron enérgicamente que no habían sido tomados en cuenta en los censos de los afectados por el huracán “Grace”.
Al respecto, hagamos énfasis en el airado reclamo de los habitantes inconformes “en la muralla de los árboles”, en Huauchinango, hacia el ejecutivo federal, evento que ocurrió porque familias vulneradas afectadas por el paso del huracán “Grace”, provenientes de los diversos lugares del municipio, desesperados por la falta de apoyos y atención del gobierno federal y estatal, ambos morenistas, se introdujeron al salón del recinto ferial, y llegaron junto al mismísimo López Obrador y le manifestaron que su gobierno no los había apoyado a pesar de que cientos de familias habitan las zonas desechas por el fenómeno hidrometeorológico.
Ante esta situación, sin duda, lo que más irritó al “presidente y representante de la 4T”, fue que le vociferaran que sus huestes denominadas “siervos de la nación”, sólo habían incluido en la encuesta de afectados por el huracán a quienes están plenamente identificados con Morena, quienes son susceptibles de votar por ese partido y sus candidatos en las elecciones sucesivas, esto sin importar que cientos de familias pobres y en verdad urgida de la ayuda fueran excluidas, por el simple hecho de pensar y tener una ideología diferente a la del presidente de todos los mexicanos.
Cabe mencionar que esta situación no es única en el país, recordemos que desafortunadamente para el pueblo pobre, vulnerado y marginado de todos los rincones de México, que no es la primera ocasión en que se padece y se denuncia este irregular proceso por parte de la población que ha sufrido calamidades por los desastres naturales, como ya ocurrió en Tabasco y en Quintana Roo, donde la ayuda llegó de manera selectiva para puro morenista, siendo excluyente para gran parte de la población necesitada que no comparte la ideología presidencial.
Regresando al asunto que dio origen a esta reflexión, observamos que lo que motivó el coraje y la arremetida de López Obrador contra el pueblo organizado en Antorcha es que la gente asistente a su evento oficial, que ni siquiera eran antorchistas, quienes según su idea personal lo deberían de venerar por su investidura, le demostraron nuevamente su inconformidad, irritación y desaprobación por cómo está gobernando al país, toda vez que ha dejado en el desamparo a millones de familias que viven en las zonas marginadas de las ciudades y de los poblados rurales a quienes prometió ayuda, y en respuesta por demostrar su descontento los ataca, con desfiguro y de forma emocional: “son los de Antorcha, que estaban acostumbrados a pedir y nunca entregaban los apoyos”, al respecto los antorchistas negamos categóricamente las afirmaciones que el presidente no ha podido comprobar, y que solamente se sostienen con su mera palabra, misma que cada día es más comprometida y pierde credibilidad de tal manera que con el paso del tiempo vale cada vez menos.
Con este suceso de denuncia ciudadana natural y legítima, pero controvertido por las propias acciones inconsistentes, reaccionarias e irracionales de López Obrador, se hace evidente que está disminuyendo importantemente la aceptación de su persona y la calificación de su gobierno, el cual, aunque todavía goza de un porcentaje de conformidad, ya no representa el avasallante indicador estadístico que fue al inicio de su gobierno, aludiendo así a la máxima científica de la ley de la gravedad: “Todo lo que sube, tiene que bajar”, de tal forma que nuestro detractor residente del Palacio Nacional, no está exento de este ordenamiento natural de las cosas que ocurren en la realidad, que pese a que se niegue a reconocerlo, su caída final es inevitable, sólo es cuestión de tiempo, por lo que los antorchistas, seguimos caminando con paso firme y constante; luchando junto a la clase trabajadora educándolos y organizarlos para en tiempo no muy lejano sea el pueblo el que tome las riendas del poder de nación.
Una consecuencia deshonrosa de esta situación es que más allá de los desacuerdos personales de López Obrador con el Movimiento Antorchista, originado por las constantes críticas sociales, argumentadas y verificadas con la realidad, mediante las cuales los dirigentes hemos denunciado reiteradamente los incumplimientos y deficientes políticas en materia de salud, salarios, educación, seguridad, accesos a la alimentación, vivienda digna ,entre otros, implementadas ineficientemente en la llamada Cuarta Transformación, haciendo valer nuestro derecho como ciudadanos conscientes y organizados para exigir justicia social, derechos que se han prostituidos por quién encabeza el poder ejecutivo, lo que le ha llevado al desprestigio y al declive, al denostar irracionalmente las acciones de una organización que se sostiene por la calidad de su trabajo social a favor de los miles de ciudadanos vulnerados y marginados por el estado mexicano.
Por tal motivo, los antorchistas de Quintana Roo, se suman a la lucha nacional y nos manifestamos de nuevo contra la campaña de linchamiento mediático y difamación del presidente López Obrador de la que hemos sido víctimas y le exigimos la concluya, además, pedimos cumpla el mandato que le otorgó el pueblo de gobernar para todos, especialmente para la gente más desprotegida y humilde que clama justicia social.