Por Daniel Osorio García. Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista de Quintana Roo
López Obrador justificó su gira por el sureste del país porque en esta nueva etapa, se abren actividades como la minería, la industria automotriz y la industria de la construcción, reclasificadas cono “esenciales” por lo que fue a dar el anhelado banderazo de inicio de construcción de una de sus obras faraónicas, el Tren Maya, en Quintana Roo, pero la realidad de todo es otra. Veamos.
No es cierto que la economía de nuestro país vaya mejorando, tan solo en el 2019 la economía mexicana registró una contracción de 0.1 por ciento según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). De esta manera, el resultado del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer año de gobierno de la 4T, pasa a la historia como la primera vez en dos sexenios que el PIB registra números rojos y se queda como la primera caída anual desde el 2009, cuando se registró un desplome del 5 por ciento, resultado de la crisis financiera mundial que originó al periodo identificado como “Gran Recesión”. Quedó muy lejos la promesa del hoy Presidente de crecer al 4 por ciento en 2019. Nada tuvo que ver la pandemia del coronavirus en estos resultados de la economía de nuestro país, sino la mala política económica implementada por el gobierno del cambio y, claro, también tiene que ver el deterioro del sistema capitalista en el mundo que, aunque se diga que en México se acabó el neoliberalismo, éste sigue rigiendo en nuestro país y López Obrador es uno de los principales impulsores.
La economía mexicana ya estaba enferma antes de covid-19, sin embargo, esta pandemia llegó a empeorarla, porque ocasionó la caída del precio del petróleo en México y el mundo, así como la desaceleración industrial. Esto fue lo que realmente hizo que el precio de la gasolina bajara y no como “orgullosamente” declaraba López Obrador, que “había instruido para que en esta emergencia sanitaria bajara el precio de la gasolina”. El 2020 resulta desastroso, por un lado, porque la covid-19 deteriora el sistema económico mundial regido por el neoliberalismo y si a eso le agregamos la política económica errónea que aplica el nuevo gobierno de López Obrador, nos da como resultado una economía totalmente destrozada.
Los economistas y el sector industrial proveen que en este año el PIB caerá hasta un 5.7 por ciento y la inversión extranjera directa disminuirá hasta un 38 por ciento. En Abril el INEGI hizo una encuesta que revela que el 12.3 por ciento de la población en edad de trabajar dejó de estar activa. Esto equivale a 12 millones de trabajadores. Ítem más. La población subocupada creció en 5.9 millones, es decir, en este año, el número de pobres aumentará en por lo menos 12 millones más. Ante esto, es obligatorio preguntar ¿La pérdida de empleo no es de un millón de trabajadores como estima el presidente López Obrador? La respuesta es que no, porque lo señalado por el presidente es solo de salarios formales pero lo que estima el INEGI corresponde a personas que dejaron de estar ocupadas en diversos tipos de actividad y formas de contratación. En fin, el panorama de nuestro país no augura buenas nuevas.
De la no corrupción en este sexenio, ya mejor ni hablamos, todos conocemos los escándalos que se han dado tanto en altos funcionarios, como en los aprendices. Pongo como ejemplo a Manuel Bartett, titular de la CFE, quien no declara bienes y empresas “familiares” ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) y aprovecha su influencia para que su hijo haga tratos millonarios con el gobierno federal, aprovechándose de la necesidad, al vender ventiladores mecánicos al IMSS al doble de su valor; o el contrato de más de cuatro mil millones de pesos que Roció Nahle, secretaria de Energía diera a su compadre Arturo Quintanilla Hayek para trabajos de acondicionamiento de los terrenos para la refinería de Dos Bocas.
Por el lado de la pandemia generada por la covid-19, todos sabemos el caos que estamos viviendo, en cifras oficiales, ya son más 100 mil contagiados y casi 12 mil muertes, pero hay otros datos que revelan que son muchos más y, ante este negro panorama, regresamos a la nueva normalidad, exponiendo, sobre todo, a los trabajadores y sus familias, argumentando que “hemos dominado el virus porque la curva ya se va aplanando”. Lo cual no es cierto.
Al presidente le urge recuperar la popularidad pérdida porque mucha gente que lo apoyó le ha perdido la fe a él y su partido por todos estos hechos que apretadamente he mencionado. Teme perder las elecciones intermedias del 2021, porque eso le frenaría su avance hacia un gobierno autócrata o dictadura. Por eso, a pesar de que estamos en un alto nivel de contagio del coronavirus, en una actitud totalmente irresponsable se va de gira para hacer campaña por todo el país, hablando lo que la gente quiere escuchar, aunque en los hechos hace todo lo contrario.
Los antorchistas seguiremos insistiendo a López Obrador y su gobierno que implemente un Plan Nacional de Distribución de Alimentos para que las familias humildes que hoy se han quedado sin trabajo, sin dinero y sin comida, tengan al menos con que alimentarse y salir gradualmente de este confinamiento. Al mismo tiempo, hacemos un llamado a todos los mexicanos de buena fe, que nos organicemos en un frente común para luchar para que López Obrador y Morena ya no ganen el Congreso de la Unión y gubernaturas en el 2021 pues han demostrado que no saben gobernar y lejos de llevar a buen puerto a nuestro país, lo llevan al caos y a la perdición, sembrando el odio y el divisionismo entre los mexicanos. Nosotros no pedimos que el presidente de la republica renuncie, creo que esa no es la salida correcta, pero es necesario que gobierne para todos. Hagamos conciencia que lo mejor para México no es regresar al viejo régimen, que también padecía de muchos males y por eso el pueblo la tiró al bote de la basura. Rebasemos a la 4T por la izquierda y de manera democrática, demostremos que un México mejor es posible.