Periodistas y activistas mexicanos, como Carmen Aristegui, Mario Patrón del Centro Prodh, Juan Pardinas del IMCO, Carlos Loret de Mola, y Salvador Camarena de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) han sido espiados con un software adquirido por el gobierno, llamado Pegasus, reportaron este lunes el diario The New York Times, colocando el tema en la portada de su versión impresa estadounidense, Artículo 19 y la organización R3D.
“Este software malicioso, desarrollado por la firma israelí NSO Group1, es comercializado únicamente a gobiernos. Se ha documentado su adquisición por al menos tres dependencias en México : la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN)”, indicó el reporte de Artículo 19 y R3D, “Gobierno espía”.
El software Pegasus, que permite solo tendría que ser usado para investigar a criminales y terroristas, según las condiciones del fabricante, NSO Group.
Los ataques e intentos de espionaje con Pegasus en México ocurrieron entre enero de 2015 y julio de 2016. Además de los activistas y periodistas mencionados al inicio de esta nota, también fueron blancos de espionaje Rafael Cabrera y Sebastián Barragán de Aristegui Noticias; Alexandra Zapata del IMCO, y Daniel Lizárraga de MCCI.
El gobierno mexicano, de acuerdo con The New York Times, aceptó que realiza “actividades de inteligencia”, sin embargo rechazó “categóricamente que alguna de sus dependencias realice acciones de vigilancia o intervención de comunicaciones de defensores de derechos humanos, periodistas, activistas anticorrupción o de cualquier otra persona sin previa autorización judicial”.
The New York Times apuntó que los periodistas y activistas espiados (los ataques también se realizaron en contra de sus familiares) han sido algunas de las personas más críticas con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Aunque también señaló que, si bien el software solo es vendido a gobiernos por la empresa NSO Group, “no hay pruebas definitivas de que el gobierno sea responsable.
El software Pegasus no deja rastros del hacker que lo utilizó. Incluso el fabricante, NSO Group, señala que no se puede determinar exactamente quién está detrás de los intentos específicos de hackeo”.