El Índice de Delitos de Alto Impacto (Idai) —presentado este jueves por el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC)— muestra los 10 municipios con mayores tasas de denuncias de homicidios dolosos, secuestros y extorsiones, de los cuales cuatro están en Guerrero, tres en Colima, dos en Michoacán y uno en Baja California.
El nuevo ranking combina tres de los ilícitos que más conmocionan a la población, al enfatizar que más allá de los asesinatos —el indicador común a nivel internacional para medir la inseguridad y diseñar estrategias contra la violencia—, «otros aspectos y delitos laceran el bienestar económico y social de las personas, por lo que son necesarios indicadores más complejos».
La metodología de la organización otorga mayor peso a las tasas de homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes; en segundo lugar ubica a las de secuestros, y en tercer plano, a las de extorsiones, registradas durante 2016 en los 224 municipios del país con más de 100,000 habitantes. En el cálculo, Tecoman, Colima, resulta con el mayor puntaje, es decir, con los niveles más elevados de violencia, en tanto que el municipio más pacífico es Santiago Ixcuintla, Nayarit.
El reporte advierte que las tasas de homicidios dolosos son el problema más grave en la mayoría de los casos, pero en algunos los altos niveles de extorsión y secuestro también influyeron, como en Colima, cuya estadística de extorsión hace que supere a Zihuatanejo, aunque registre menos asesinatos; igual es el caso en Playas de Rosarito en comparación con Zamora.
El informe reconoce que este ejercicio deja fuera la llamada «cifra negra» —los delitos que no son denunciados, y que según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) representan casi 94% del total cometido en México—, aunque aclara que el objetivo es reflejar de manera resumida las estadísticas oficiales.
«Este índice solo refiere a los delitos que fueron denunciados y por lo cual se abrieron carpetas de investigación, por lo que el bajo índice de los municipios puede deberse tanto a un alto nivel de la cifra negra, como a una predominancia hacia otro tipo de delitos no abordados por el índice, tales como robos», abunda.