En temporada de lluvias, la Laguna de los Siete Colores adquiere un color obscuro y verdoso, producto del acarreo de nutrientes, de las actividades agrícolas y falta de drenaje sanitario en la zona urbana. Luisa Falcón, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que los últimos cinco años incrementó significativamente la concentración de nutrientes como: nitratos fosfatos y nitritos en el cuerpo lagunar.
Consideró que se asocia al desarrollo de actividades agrícolas y un porcentaje pequeño, menos del 2%, a la falta de infraestructura de tratamiento de aguas residuales tanto urbanas como agrícolas.
Dijo que esa situación ha comenzado a deteriorar la calidad del agua de la laguna con la presencia de florecimientos masivos de productores primarios de algas y cianobacterias, que ocasionan daño importante a los estromatolitos, porque son algas competidoras que crecen más rápido.
La investigadora, que tiene a cargo el Laboratorio de Ecología Bacteriana de la UNAM, indicó que una muestra clara de dicha contaminación se puede observar durante la temporada de lluvias, en que el color característico de ese cuerpo de agua, cambia desde enfrente del poblado y hasta la zona de Los Rápidos de Xul-Há, una situación que es más visible desde el año 2015, es decir, desde hace dos años. Consideró necesario llevar a cabo proyectos integrales que involucre campos de cultivo y las diferentes zonas urbanas que mantienen relación directa con la laguna.
La investigadora ha llevado a cabo un estudio profundo sobre los estromatolitos que habitan en la Laguna de los Siete Colores. “Estromatolitos: su naturaleza, variedad y la importancia de su conservación”, fue la ponencia que presentó la investigadora, como parte del Primer Encuentro para la Creación de Estrategias Sustentables de Bacalar, que organizó un grupo de ambientalistas locales, donde fue notoria la presencia de gente avecindada y la ausencia de bacalarenses, empresarios y autoridades locales.