
*Construyen Biodigestor para combatir plagas qué han arrasado con los cultivos
Por Jorge Arguelles
Chetu.al.- La producción cañera atraviesa una de sus peores crisis en décadas. Con más de 20 mil hectáreas afectadas por el hongo fusarium, pérdidas económicas superiores a los 800 millones de pesos, y el 90% de los productores en cartera vencida, el panorama es alarmante. Frente a esta devastadora situación, se abre una esperanza: la construcción de una biofábrica impulsada por el gobierno estatal y la CNPR, que promete convertirse en un salvavidas para cientos de productores.
De acuerdo con Benjamín Gutiérrez Reyes, presidente de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR) en Quintana Roo, la plaga del hongo fusarium no sólo ha duplicado su alcance en un año, pasando de 10 mil a 20 mil hectáreas afectadas, sino que su expansión sigue fuera de control. Este patógeno ataca directamente a la raíz de la caña, secándola desde el interior y dejando a su paso campos inservibles.
“Es un hongo que no se ve. Cuando nos damos cuenta, ya le comió toda la raíz a la planta”, advierte Gutiérrez. “Lo comparo con el COVID: no sabíamos cómo actuar. Hoy tenemos que desinfectar vehículos, herramientas, y aplicar tratamientos muy específicos si queremos detenerlo”.
La zafra 2023-2024 ha sido especialmente dura. Se preveía una producción de un millón 580 mil toneladas, pero las plagas, las lluvias y los bajos precios la redujeron drásticamente. El precio por tonelada de caña cayó de 21,600 pesos el año pasado a 16,300 pesos este ciclo, afectando gravemente los ingresos de los productores.
“Hoy los números no dan, tenemos costos de hasta 15 mil pesos por hectárea en tratamiento, y muchos apenas podrán aspirar a recuperar el 10% de su inversión”, ya no hablamos de créditos, sino de una deuda estructural que nos tiene en la lona”.
El líder cañero confirmó que prácticamente todos los productores de la zona sur que son unos 3,500, están en cartera vencida. La deuda colectiva asciende ya a más de 800 millones de pesos, incluyendo pagos pendientes con el ingenio y créditos para maquinaria.
Frente a este sombrío panorama, el gobierno del estado, a través del secretario Jorge Aguilar, y con apoyo directo de la gobernadora Mara Lezama, impulsan la creación de una biofábrica en la CNPR, que permitirá la producción local de agentes biológicos como el tricoderma y el bacillus, hongos benéficos capaces de combatir al fusarium.
Aunque será una planta de tamaño modesto, sus beneficios podrían alcanzar hasta 500 productores y cubrir 2,000 a 3,000 hectáreas en su primera etapa. Se espera que produzca insumos para realizar múltiples aplicaciones por parcela, elemento clave para contener la propagación del hongo.
“No va a ser la solución total, pero es un paso necesario. El objetivo es producir lo que necesitamos y reducir la dependencia de productos caros y escasos”, señala el líder de la CNPR.
Los productores, mientras tanto, piden apoyos urgentes: fertilizantes, fungicidas y subsidios directos por hectárea. La propuesta más concreta es de un apoyo de 7 mil pesos por hectárea para enfrentar los altos costos del combate fitosanitario.
Además, se analiza una reestructura de deudas con intereses blandos, aunque advirtió que esto sólo “prolonga la agonía” sin condonar montos.
“Una reestructura no es perdón. Es solo una muerte más lenta”, sentencia el líder cañero.
La producción cañera no es menor en Quintana Roo, es el segundo motor económico del estado, solo después del turismo en Cancún. En la región de la Riviera del Río Hondo, sostiene el empleo de miles de familias rurales. El colapso de esta actividad tendría un efecto dominó en la economía regional.
A pesar de todo, los productores no bajan los brazos y mantiene la fe con la esperanza de que la situación mejore.
Sin embargo mientras el hongo avanza sin tregua, la esperanza está en las manos de quienes apuestan por soluciones innovadoras, como la biofábrica, aunque el tiempo corre, y con cada zafra perdida, también se marchita el futuro de cientos de familias del campo quintanarroense.