Por Daniel Osorio García
Dirigente del Movimiento Antorchista en Quintana Roo
Desde que inició la emergencia sanitaria en el mundo, generada por el coronavirus o covid-19, hemos visto como el personal médico ha sido el que ha estado en la primera línea de acción. Doctores, enfermeras, camilleros, paramédicos, etc., han tenido que dejar su vida normal y sus hogares para atender a los pacientes de esta enfermedad altamente contagiosa, poniendo en riesgo no solo su vida, sino también la de su familia. Estos profesionales de la salud han sido catalogados como héroes en toda la esfera global por sus maratónicas jornadas y su entrega a los pacientes.
Sin embargo, esta Pandemia ha dejado al descubierto la ineficacia del sistema de salud pública en muchos países del mundo, aún, en aquellos que presumen ser ricos y con tecnología de última generación, como en los países europeos y de Norteamérica, a su vez, hemos podido apreciar como otros, muy pocos por cierto, han manejado la emergencia con relativa eficacia, es caso de China, Rusia y Corea del Norte.
México, es uno de los países que ha quedado evidenciado a nivel mundial por el mal manejo de la emergencia sanitaria por parte de sus autoridades, a esto, le agregamos el abandono sistemático del sector salud, el cual, como hemos podido ver, no está preparado para enfrentar la pandemia del Covid-19 al carecer de recursos económicos e infraestructura suficientes para atender a la población afectada y proteger a los trabajadores de la salud.
En el presupuesto de egresos de la Federación para 2020, el gasto en salud experimenta apenas un aumento de 37 mil 241 millones de pesos, o bien un 2.6 por ciento respecto al Producto Interno Bruto (PIB), muy lejos del 6 por ciento sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Contrasta este aumento de apenas el 6.2 por ciento en el gasto de la federación, con la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de que el sector salud recibiría 40 mil millones de pesos, los cuales no aparecen en el citado presupuesto de egresos del país.
Como dije, el gobierno federal minimizó los estragos que traía consigo la pandemia y no se preparó para enfrentarla, a pesar de que en otros países del mundo este fenómeno ya estaba causando graves daños. Era evidente que en México el virus iba a causar graves problemas económicos y sociales como hoy lo estamos mirando.
Ahora que el país está siendo fuertemente afectado por el coronavirus, vale la pena voltear a ver la situación del sector salud, ineficiente y abandonado desde antes de la pandemia; los hospitales sin equipo y poca atención del gobierno a los “héroes de batas blancas” en su seguridad personal. Si bien es cierto que el problema no se originó con el gobierno de la 4 T, éste ha contribuido a deteriorar aún más el precario sistema de salud de los mexicanos, disminuyendo el presupuesto para este rubro e implementando políticas erradas como eliminar el Seguro Popular para sustituirlo por el INSABI; éste nació con múltiples defectos, sin reglas de operación, sin manuales, sin una planeación detallada de su implantación, sin una fase piloto de prueba y sin mayor presupuesto. Desde el inicio del gobierno de la Cuarta Transformación, médicos y pacientes han denunciado un desabasto en los medicamentos. Esto derivado de la decisión tomada por López Obrador de no dejar participar en las licitaciones a las cuatro principales empresas proveedoras de medicinas del país porque podrían haber caído en actos de corrupción. La falta de recursos económicos, derivado de la austeridad republicana de la administración de AMLO, ha afectado gravemente al Sector Salud.
Los médicos y enfermeras constantemente se han tenido que manifestar porque los diferentes hospitales no cuentan con los elementos de protección necesarios para atender a los diferentes pacientes que llegan para ser atendidos de covid-19. La inmensa mayoría del personal médico no cuenta con mascarillas N-95, googles, lentes protectores o caretas, batas desechables, cubrebocas, material de limpieza y desinfección, es decir, insumos básicos para su trabajo, además de una falta de capacitación para el manejo de pacientes con el virus. Hasta el 22 abril había 10 mil 544 casos confirmados y 970 defunciones, de los cuales al menos el 10 por ciento es personal médico que está en la primera línea de combate. Esto según cifras oficiales, pero el mismo gobierno, a través de su vocero Hugo López Gatell, calcula que la cantidad de enfermos podría ser ocho veces mayor a la registrada.
En estos momentos queda demostrado la vital importancia del personal de salud, quienes se han tenido que enfrentar al problema con entrega, humanismo y profesionalismo, aún con las deficiencias ya mencionadas, por lo que, es obligación del gobierno dotarlos de todo el equipo necesario para enfrentar con mayor eficacia este grave problema que hoy estamos viviendo. Que no se escatime recursos, si es necesario, que se suspendan las obras faraónica como el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía y la Refinería de Dos Bocas, que se haga. Ese dinero se podría invertir en la salud de los mexicanos, que se invierta en las necesidades fundamentales que hoy la emergencia exige, como por ejemplo; dotar a todos los hospitales de lo elemental y proteger al personal de salud, entre otras muchas necesidades que se ven a simple vista.
Si de algo sirve, quiero dejar patente que los antorchistas del país nos sentimos orgullosos de nuestro personal médico, de su trabajo, esfuerzo y tenacidad. Desde nuestra trinchera, nos unimos a las exigencias para que las autoridades pongan más atención a la seguridad de los trabajadores de esta noble causa y, sean tratados con respeto y cordialidad.