Como si fueran los protagonistas de una película de terror, así se sienten los habitantes de Chetumal, Quitana Roo. En un filme en el que un virus mata a los habitantes, los que sobreviven no tienen que comer y además sus gobernantes no actúan para proteger a la población, pero en México esto es realidad.
“Esto es como una película de terror, si no me mata el coronavirus me matará el hambre”, soltó Manuel Tabla Díaz.
En los testimonios de los residentes de esta región de la zona sur del país ya abundan las expresiones de desesperación y depresión indicio de que además de crisis económica y de hambre, las familias pueden caer en una pandemia de salud mental.
Manuel es un carpintero, quien como miles de trabajadores informales en la entidad busca desesperadamente alguna ayuda para mitigar la crisis económica en la que se encuentran desde que el gobierno federal implementó la estrategia para mitigar la pandemia de covid-19.
“La verdad es triste y ya estoy desesperado; hay días que no puedo dormir. Tengo mi esposa y mi madre de 96 años a quienes tengo que alimentar y cuidar, la situación cada vez es muy agobiante”, asentó.
Según datos de la Secretaría del Trabajo, han sido las empresas medianas y grandes las que han despedido a más trabajadores, especialmente en estados como la Ciudad de México, Quintana Roo y Baja California Sur.
Los afectados, aseguran que la pandemia de covid-19, enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV2, evidencia una vez más las malas políticas económicas y la crisis en el sector salud de los malos gobernantes que ante esta difícil situación que enfrenta el país únicamente se constriñan a repetir como merolicos la fastidiosa frase de “Quédate en casa, ¡si te cuidas tú, nos cuidamos todos!”
Y en medio de ese contexto, los habitantes de las colonias y comunidades de Quintana Roo, ven con desesperación y angustia que el gobierno federal de la Cuarta Transformación no tiene un plan efectivo para auxiliar a las familias de escasos recursos como lo prometió.
“Muchos dicen que es solo cuento porque nada de lo prometido se ha hecho realidad”, agregó Tabla Díaz.
Alejandrina Perez Chuc, también perdió su empleo hace seis semanas, y la misma suerte corren los pequeños comerciantes, tianguistas y los ambulantes.
“La economía está paralizada y mientras las autoridades gubernamentales no tomen las medidas adecuadas para abrigar a los trabajadores en general y los micros, pequeñas y medianas empresas nos enfrentaremos en una situación peor”, advirtió.