Por Daniel Osorio García, dirigente Estatal del Movimiento Antorchista de Quintana Roo
Los antiprogresistas han visto en el Movimiento Antorchista el enemigo a vencer. Antorcha no es ni si quiera un partido político todavía pero ya genera ese temor en la clase política, no tiene entre sus filas a grandes empresarios o políticos de renombre, no es financiada por nadie de los poderosos del país ni del extranjero, mucho menos posee grandes riquezas de las cuales disfruten sus líderes. Los pocos negocios que tiene son fruto de muchos años de esfuerzo colectivo, están en regla y cumplen con todos los requisitos de ley, además, estos negocios sirven para que Antorcha sea una organización política y económicamente independiente y pueda así, con mayor fuerza, exigir al gobierno que sea, del color que sea, solución a las demandas del pueblo que representa.
El Movimiento Antorchista no tiene padrinos políticos, siempre ha caminado con la frente en alto, mirando lejos y con los pies firmes sobre la tierra, exigiendo mejores condiciones de vida para los mexicanos más humildes. Entonces ¿por qué es la organización más perseguida y calumniada, sobre todo ahora, en el sexenio de López Obrador? Veamos.
Hace 46 años, en Tecomatlán, Puebla, un pequeño grupo de 30 campesinos, fundaron lo que hoy es el Movimiento Antorchista Nacional. La organización que empezó siendo netamente campesina, actualmente aglutina entre sus filas a más de dos millones de ciudadanos de diversos sectores. Su meta es crecer y fortalecerse hasta alcanzar los 10 millones de mexicanos organizados, esto, porque su propósito fundamental es el cambio de modelo económico vigente en el país, el cambio del modelo neoliberal en el que vivimos, que es un modelo económico inhumano, desbastador y empobrecedor que acumula la riqueza en unas cuantas manos y que ha dejado millones de mexicanos en el hambre y la marginación. Con la llegada de López Obrador a la presidencia de la república, este modelo se ha potencializado y muestra con mayor claridad sus garras.
¿Cómo lograr un cambio en el modelo económico? Antorcha tiene su propio proyecto alternativo de nación que se divide fundamentalmente en cuatro ejes: la creación de empleos para todos los mexicanos en condición de trabajar; la implementación de salarios justos; la aplicación de una política fiscal progresiva donde los que ganan más, paguen más; por último, un redireccionamiento del gasto público hacia los que menos tienen, a través de creación de programas sociales donde se invierta más en salud, educación, vivienda, alimentación y los servicios básicos, es decir, acabar con la pobreza. Todo esto incluye el cambio de modelo que propone Antorcha.
Los defensores del statu quo no han visto con buenos ojos este esfuerzo de organización popular y se han propuesto desde hace mucho destruirlo. El gobierno actual no es la excepción. El ejemplo más claro es el del gobierno poblano de Luis Miguel Barbosa, que quiere desbaratar a Antorcha, quieren acabar con sus recursos económicos que con mucho esfuerzo ha venido creando desde su nacimiento. Hoy, como ya sabemos, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) encabezada por Santiago Nieto, ha bloqueado cuentas bancarias de algunos negocios de Antorcha y de algunos de sus líderes a petición del gobierno poblano. Se trata de impedir que la organización cumpla con su labor cultural, deportiva, de publicaciones, educativa, su labor critica. Se trata, pues, de acabar con el esfuerzo más exitoso de organización popular que existe en este país, impedir que logre realizar la meta histórica, que es, la transformación de nuestro país en un país más justo y equitativo.
El gobierno de la república y el de Barbosa, en su desesperación por acabar con Antorcha, están cayendo en inconsistencias, la principal es que no se menciona a la Fiscalía General de la República (FGR), tampoco la denuncia presentada en esa instancia que justifique su “acusación”. Estos ataques en contra de Antorcha, están construidos a base de puras mentiras y los están haciendo funcionarios de alto nivel del gobierno de López Obrador y de Barbosa quienes prometieron “no mentir, no robar y no traicionar”.
Aunque parezca sorprendente, Antorcha es la única organización que vive de sus propios recursos, producto de su actividad financiera, que como dije, se ha venido construyendo desde hace 46 años. Si la FGR o quien sea, tiene sospechas de que hay dinero mal habido para financiar la lucha de los antorchistas, se debe presentar una denuncia y mostrar pruebas de ello, cosa que hasta ahora, no ha sucedido, simplemente, porque no tienen ninguna. A falta de pruebas, el Gobierno de la República y de Puebla, usan a la UIF como garrote político para amedrentarnos, pero no hay ningún delito que perseguir, los antorchistas no tenemos nada de qué avergonzarnos ni de qué atemorizarnos. Se trata de una persecución política porque la 4T y Miguel Barbosa le tienen miedo a Antorcha, saben que es una verdadera opción para los mexicanos y que más temprano que tarde les puede quitar el poder.
Refuerzo el llamado que hace nuestro querido maestro, el Ing. Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista Nacional, para que todos los mexicanos y fuerzas políticas hagamos una alianza debido a que el gobierno de López Obrador está violentando los derechos humanos, al acusar sin probar y perseguir a una organización social, transparente y forjada hace 46 años. Cerremos filas y no permitamos que los que hoy gobiernan abusen del poder. Ahora, somos los antorchistas los perseguidos y atacados injustamente, mañana puede ser cualquier otro grupo o ciudadano. La única forma de detenerlos y ponerlos en su lugar, es que se encuentren con un pueblo unido, solidario y organizado.