* Habrá protestas y movilizaciones contra el recorte a salud, obras públicas, vivienda y recursos para el campo.
* Por tercer año consecutivo no habrá recursos para resolver peticiones en miles de municipios.
Esta semana se aprobará en la Cámara de Diputados el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 (PEF 2021), que este año ascenderá a un total aproximado de 6.3 billones de pesos. Esa cantidad de dinero, que el Gobierno gastará el próximo año, tiene su origen en los impuestos que pagamos los mexicanos (IVA, ISR, impuesto a la gasolina y otros), en las ventas de energéticos y en los préstamos.
El PEF, entonces, es dinero de todos los mexicanos, no propiedad del Gobierno federal, por lo que éste debiera considerar forzosamente las necesidades de la población, a la vez que procurar el incremento de la cantidad del presupuesto mediante el crecimiento de la economía y una política fiscal inteligente y progresiva. No obstante, desde hace dos años, el Gobierno federal morenista, abusando de su mayoría en la Cámara de Diputados, ha optado simplemente por decidir unilateralmente el destino de ese dinero, achicado por efecto de la inflación, cancelar a su arbitrio programas y obras de amplio beneficio social y destinarle cuantiosas sumas de dinero público a unas cuantas obras de nula viabilidad económica e impacto social negativo, como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas, así como a programas con los que busca comprar el voto popular.
Si nos atenemos a lo que ha sido el comportamiento del presidente y su partido en lo que llevan en el poder, no hay duda que buscarán que el PEF sea aprobado en la Cámara de Diputados sin modificarle una coma, tal y como lo ha ordenado el presidente Andrés Manuel López Obrador durante los dos años de su gobierno. El objetivo prioritario será una vez más asegurar una cuantiosa suma de dinero para entregarlo a su antojo, sin reglas de operación precisas ni contrapesos de ningún tipo, en las próximas elecciones.
No habrá entonces, en la discusión del presupuesto, racionalidad gubernamental ni una visión profunda, científica y humanista que impulse un proyecto de país más justo y próspero en la asignación del dinero generado por el trabajo y los impuestos de los mexicanos; no habrá altura de miras ni argumentación de fondo; no habrá ninguna visión estratégica sobre los verdaderos y profundos problemas del país, particularmente respecto a disminuir la pobreza que padecen millones de habitantes de México, el principal problema de México; las promesas de disminuir la pobreza quedarán sepultadas entre las diatribas y persecuciones contra quienes protesten. Los fondos para el combate verdadero a la pobreza, para la salud, desarrollo económico, educación, vivienda, servicios, promoción de empleo bien pagado, investigación científica, arte, cultura, deporte y otros más continuarán su retroceso trágico en contra de millones de mexicanos. Los diputados de Morena y sus aliados simplemente levantarán el dedo volteando hacia las instrucciones presidenciales.
Los saldos para los mexicanos serán terribles. Seguirá aumentando la cifra trágica de víctimas de la covid-19, cuyo pésimo manejo gubernamental ya enlutó a 96 mil hogares, dejó sin trabajo a millones y detonó una escalada de robos y asesinatos en las calles; las carencias de servicios seguirán golpeando a los más pobres: al inicio del sexenio actual, la CNDH reportó que hay 34 millones de mexicanos sin servicios básicos, el INEGI dijo que hay 44 millones de mexicanos que no tienen agua diariamente en sus casas, 5.5 millones de casas sin drenaje, en donde habitan más de 20 millones de personas y 2.5 millones de mexicanos carecen de energía eléctrica, los recursos para mejoramiento de vivienda y los destinados a productores agropecuarios pobres han sido disminuidos sin misericordia. Ninguno de estos mexicanos mejorará su situación en el 2021; por tercer año consecutivo, no habrá recursos para resolver peticiones elementales en los miles de municipios del país; las familias seguirán sin agua, sin luz, sin obras sanitarias, asoladas por la covid-19, la muerte, la pobreza y la inseguridad.
Estas son las razones que nos mueven a los antorchistas a convocar a todos los mexicanos a protestar contra la concentración abusiva de poder en la distribución del presupuesto de la nación y contra su uso como instrumento electoral.
Reiteramos que ninguno de quienes protestamos pedimos la asignación directa de recursos a grupo u organización alguna, ni solicitamos moches o dádivas, como se ha dicho calumniosamente por parte de algunos políticos que buscan desprestigiar a los que denunciamos los recortes y afirmamos que lesionan a los mexicanos más pobres.
Nuestro reclamo de obras, vivienda, salud y empleo para millones de mexicanos es legal y es urgente. Con la ley y la razón de nuestro lado, demandamos respetuosamente a la mayoría morenista en la Cámara de Diputados que presupueste recursos públicos para que las autoridades correspondientes construyan esas obras públicas que son de obvia necesidad y urgente solución.
Convocamos a exigir obras, servicios, combate real a la pobreza y la pandemia, mediante movilizaciones, cadenas humanas en las calles y plazas, distribución de volantes y denuncias masivas en las redes sociales.
Unamos nuestras voces para que se escuche el clamor de millones de mexicanos que exigimos que se deje de disponer del presupuesto federal como si fuera patrimonio del partido en el poder y de una pequeña casta gobernante que está sumiendo a México en el atraso económico, la inseguridad y la pobreza.