“Hay elotesss…, hay esquitessss… a 10 pesitos la bolsa”, así pregona don Francisco Zamudio Hernández, su producto que desde hace muchos años, más de 10, le han permitido subsistir en esta ciudad, cuya economía se ha desplomado y sólo otorga lo necesario para llevar los alimentos a la mesa familiar.
Desde muy temprano, cuando los primeros rayos del astro rey iluminan las polvorientas y destrozadas calles de su colonia Espíritu Santo, don “Pancho”, como todos sus vecinos lo conocen y le llaman, se levanta para iniciar la labor para preparar la mazorca que deberá sancochar e incluso desgranar para poder vender, en horario matutino… y la faena la repite al mediodía para ofrecer su producto por las tardes noches.
Así como él, muchas familias más realizan diversas actividades comerciales que son catalogadas como informales. Son ciudadanos que habitan desde hace mucho tiempo en la irregular colonia “Espíritu Santo”, donde las obras y servicios no llegan, donde los tres órdenes de gobierno se dicen imposibilitados para atender y beneficiar a la gente.
En esa colonia viven alrededor de 90 familias, que existen como pueden, hacinados en pequeños espacios que tienen por hogar, donde subsisten a pesar de la falta de servicios básicos como el agua potable, el alumbrado público y no se diga las calles en pésimo estado.
Sin embargo y a pesar de esas carencias, todos son integrantes de una gran familia, que se ayudan entre ellos, que se han integrado para alzar la voz y exigir a los tres órdenes de gobierno que sean atendidos, que les otorguen apoyo y principalmente que les ayuden a regularizar la colonia, lo que lamentablemente no ha ocurrido.
Todos, don “Pancho” y sus vecinos, padecen hoy las consecuencias de una crisis económica provocada por la pandemia. Ya no es suficiente el realizar una actividad comercial informal, pues el desempleo, el aumento de la pobreza, que en esta entidad de Quintana Roo ocupa el primer lugar nacional, ha provocado una dura y reñida competencia, que dificulta aún más el conseguir el dinero para el alimento diario.
De ahí el llamado de todos ellos para que las autoridades implementen programas sociales que les ayuden a terminar con el hambre que padecen; piden despensas alimentarias, empleos justos y bien remunerados y de ser posible mejoras en su colonia, para enfrentar en mejores condiciones la nueva oleada de covid-19, la que se asegura es mucho más severa y por la que gente debería quedarse en casa.