Por Daniel Osorio García
Nuevamente me dirijo al C.P. Carlos Manuel Joaquín González, gobernador del estado de Quintana Roo, a través de esta segunda carta abierta, con el objetivo de recordar los planteamientos y acuerdos tomados en una reunión de trabajo que tuvo el comité estatal antorchista y usted, señor gobernador en octubre del año pasado. Antes, debo aclarar que estamos conscientes de las dificultades por las que atraviesa el estado a consecuencia de la crisis sanitaria generada por el Covid-19 que no solo nos ha golpeado en la salud, sino que ha dañado seriamente la economía de los quintanarroenses al ser un estado donde el 80% de sus ingresos son del turismo.
Nos queda claro que, en estos 7 meses de pandemia, se ha tenido que trabajar de manera inédita para atender la contingencia sanitaria y buscar los canales adecuados para la reactivación de la economía en el estado, sin embargo, conviene analizar los problemas fundamentales y tener claridad del sinuoso camino que hay que recorrer. Sobre todo, porque como bien lo dice usted en su cuarto informe de gobierno, “no puede haber un Quintana Roo de primera y otro de segunda”.
Por eso, en mi humilde opinión, falta mucho por hacer para lograr esta premisa, pues, según los datos de la Secretaría de Bienestar, en Quintana Roo son 575 mil 568 personas las que viven en pobreza y 60 mil 314 están en condición de pobreza extrema en este 2020; así mismo, son 373 mil 735 personas que tienen carencia por acceso a la alimentación, lo que representa un 21.7 por ciento de la población que no tiene para comer. También, de acuerdo al Coneval el 28.5 por ciento de los habitantes no tiene el presupuesto para adquirir una canasta básica, lo que se traduce a 491 mil 128 personas del millón 723 mil 259 habitantes que tiene el estado, que se encuentran en esta situación. El desempleo sigue afectando a la entidad, porque más de 100 mil trabajadores perdieron su empleo formal por el confinamiento y cierre de empresas que causó la pandemia del coronavirus, así también, más de 400 mil trabajadores informales vieron afectados sus ingresos por la drástica disminución del turismo, esto se traduce en una difícil situación económica para miles de familias.
El campo también sufre por la pandemia, pero, sobre todo, por la reciente tormenta tropical “Cristóbal” que afectó a 3 mil 251 familias de la zona sur por lluvias que dañaron parcelas y ranchos ganaderos. A pesar de que hubo declaratoria de desastre natural y la declaratoria de emergencia por lluvia severa en los municipios de Othón P. Blanco, Bacalar, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, ambas publicadas en fechas 12 y 15 de junio del año en curso en el Diario Oficial de la Federación (DOF) hasta el momento, los afectados solo han recibido un apoyo “simbólico” del Gobierno del Estado, que consiste en una despensa, una bolsa de semilla de maíz de 10 kg y algo de pollinaza para los ganaderos, lo cual, no es suficiente comparado con los estragos ocasionados. El Gobierno de la República brilla por su ausencia y los ayuntamientos municipales se hacen de la vista gorda. Falta que se aplique el apoyo del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que desde hace más de 100 días de la declaratoria de desastre natural los campesinos, ganaderos y agricultores esperan este beneficio que, si bien es cierto, no les resuelve totalmente los daños, es un apoyo para su golpeada economía.
Son muchos casos que revelan la verdadera condición de pobreza y hambre en la entidad, pero, sobre todo, la desigualdad social que existe y que, la pandemia ha agravado. Por esa razón, señor gobernador, el Movimiento Antorchista desde hace 20 años ha venido luchando y organizando a la gente más humilde tanto del campo como de la ciudad para que defiendan sus derechos y exijan que la riqueza de este hermoso estado, se distribuya de manera más justa entre todos los ciudadanos que día con día trabajamos arduamente. No buscamos confrontar con su gobierno ni mucho menos ser un obstáculo, al contrario, hemos demostrado que somos una organización de gente paciente, consiente, preparada, trabajadora y que los líderes que estamos al frente, nunca hemos lucrado con las necesidades de la gente. No somos una organización que, como malamente ha dicho el Presidente de la República y sin mostrar ninguna prueba, vivamos de los “moches” o “piquete de ojo”. Hemos probado que todas las obras y servicios que hemos logrado con nuestra gestión, han servido para resolver las necesidades de millones de personas en el país y de miles de ciudadanos en Quintana Roo. Basta que todo aquel que no lo crea, vaya y vea con sus propios ojos, toda la obra de infraestructura de las que gozan las colonias Unidad, Mártires y Fraternidad Antorchista en la ciudad de Chetumal que, si bien es cierto, les faltan mucho, lo que tienen, ha sido fruto de nuestro trabajo honesto.
Por lo antes descrito, solicito a usted señor gobernador, de manera atenta y respetuosa, se cumplan los acuerdos tomados en su despacho de palacio de gobierno el pasado mes de octubre de 2019 que son en beneficio de miles de quintanarroenses y que consiste en: apoyo para el campo, obra de infraestructura en las colonias humildes, mejoramiento a la vivienda, apoyo a estudiantes de bajos recursos económicos, entre otros. Reitero nuestra disposición de coadyuvar con trabajo y organización para salir de esta difícil situación en la que nos encontramos.
Por último, es conveniente señalar que estamos ante la posible creación de una dictadura en nuestro país porque el morenismo está adoptando una forma unipersonal de gobernar ya que, todos los poderes están sometidos a los proyectos nacidos de la pura voluntad del Presidente.
Desde Palacio Nacional se estigmatiza e insulta a los críticos intelectuales, a la prensa opositora, a las feministas, a las organizaciones sociales, etc., se hace uso del terrorismo financiero para congelar cuentas de sus opositores y se usa al ejército para reprimir al pueblo. Peligra nuestro estado de derecho, la libertad de expresión y nuestra democracia. Ante esta situación, es conveniente organizarnos en un frente nacional para no permitir que en nuestro país se instaure una dictadura que empeore las cosas en nuestra lastimada nación. Vale.