Una siesta vespertina suele ser una de las cosas más reconfortantes dentro de la rutina de una madre y su bebé recién nacido. Al menos así le pareció a Alexandra Metelkina, una joven madre que, como la mayoría, cierta tarde logró que su pequeña Anya durmiera una siesta después de la extensa jornada matutina.
Sin embargo —según lo publicado en el portal de Newsner—, lo que comenzó como un momento de descanso para Metelkina y su bebé, se convirtió en una situación preocupante con el paso de las horas. Sin saber exactamente porque, Anya cayó en un sueño tan profundo y prolongado que, después de un considerable lapso de tiempo, su angustiada madre se vio orillada a tener que despertarla. Pero nada parecía funcionar. Así es que, no teniendo más opción, madre e hija se trasladaron hasta el hospital en donde los mismos médicos se asombraron por la extraña condición de Anya.
Un sueño profundo
“No está muerta, ni en coma, simplemente está profundamente dormida” decían los médicos a Metelkina quien, desconcertada del todo, no sabía cómo ayudar a su hija. No obstante, después de transcurrida una semana, la pequeña Anya despertó de manera inesperada, permitiendo que se le realizaran los estudios pertinentes para saber qué era lo que le había acontecido.
Sin obtener ningún resultado preciso sobre aquel extraño sueño que había mantenido inconsciente a la bebé durante días, los médicos permitieron que Metelkina y Anya regresaran a su hogar. Pero, al día siguiente la historia se repitió y la joven madre, junto con su hija, tuvieron que volver al hospital con la esperanza de que los especialistas hallaran la cura para tal padecimiento.
Hipersomnia por causa desconocida
Los episodios de sueño prolongado por días y semanas, manifestados en Anya, continuaron y continúan hasta la actualidad. La pequeña de apenas 19 meses de edad, ha sido diagnosticada con una extraño padecimiento llamado “hipersomnia por causa desconocida”. Aunque, hasta el momento, siguen sin conocerse los motivos por los que se origina esta condición y cuáles son los tratamientos más adecuados para combatirla, se han intentado emplear algunos métodos funcionales en padecimientos muy similares al de Anya. Tal es el caso del “síndrome de la Bella Durmiente”.
Sin embargo, lo que se sabe con certeza, es que dicha condición está relacionada con «un complejo desorden neurológico caracterizado por periodos recurrentes de cantidades excesivas de sueño, comportamientos alterados y una comprensión reducida del mundo».
4 razones por las que debes observar a tus hijos mientras duermen
Ahora bien —mi estimada lectora—, la historia de Anya, como muchas otras, es un ejemplo de lo importante que resulta mantenerte alerta de lo que sucede con tus hijos no sólo mientras están despiertos, sino también mientras duermen. Verificar que su sueño sea lo suficientemente profundo para que tengan un descanso reconfortante será tan relevante como observar que no alcancen un sueño excesivamente aletargado.
Por lo tanto, a continuación te comparto 4 razones por las que debes observar a tus hijos mientras duermen:
1. Monitorear su respiración
Observar regularmente a tu hijo recién nacido mientras duerme, te permitirá monitorear que su respiración sea constante, así como a reducir los riesgos por la llamada “muerte de cuna”.
2. Detectar algún padecimiento o trastorno del sueño
Mantenerte al pendiente de que tan profundo y prolongado es el sueño de tu bebé, te ayudará a detectar oportunamente si, en determinado caso, él o ella padecen alguna enfermedad o trastorno relacionado con el sueño.
3. Evitar asfixia o ahogamiento
Sin duda, vigilar el área donde tu pequeño duerme, te ayudará a determinar que objetos pueden producir asfixia o ahogamiento al mismo.
4. Detectar si está descansando
Observar que tanto se mueve tu hijo mientras duerme te permitirá detectar si su cuerpo y su mente están descansando lo necesario o si, por el contrario, no está alcanzando un descanso realmente reconfortante.
Una petición
Finalmente, es importante que entre todos los que hemos conocido historias como la de Anya y Metelkina, difundamos y compartamos las mismas. Quizás, de alguna manera, podamos ayudar a que pronto alguien, en alguna parte del mundo, encuentre la cura tan ansiada por esta madre y su pequeña hija.