*Durante su pasada administración la empresa Dunosusa ofreció 10 millones de pesos para comprar un predio del Ayuntamiento y Paoly lo vendió en 8 millones
*Se embolsó 2 millones bajo el agua
Felipe Carrillo Puerto.- Las malas mañas que fueron puestas en práctica por Paoly Perera Maldonado durante su gestión como presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, siguen saliendo a la luz pública, evidenciando millonarias sumas de dinero que pasaron por sus manos, y que se desconoce cual fue su destino final.
Hace un par de días, se dio a conocer la noticia de la misteriosa venta del inmueble que albergaba la antigua «Tienda del ISSSTE», la cual dejó muchas dudas respecto del procedimiento de su enajenación por los montos, fechas, sesiones de cabildo y hasta subastas a modo que jamás coincidieron con el supuesto de transparencia y honestidad administrativa que tanto presume Perera Maldonado.
Vayamos por partes, porque es necesario que la sociedad conozca detalle a detalle con relación a la oscura transacción que hiciera la hoy candidata priista a la presidencia municipal, cuando fue alcadesa de Felipe Carrillo Puerto:
Después de varios años de ser un ‘Elefante Blanco’, el 18 de mayo de 2017, la empresa de origen yucateco denominada «Dunosusa» dirige una «carta de intención» a la entonces presidenta municipal (Paoly Perera Maldonado), manifestando el interés de adquirir el predio donde se ubicaba la antigua «Tienda del ISSSTE», en el cruzamiento de la avenida Santiago Pacheco Cruz Norte con Avenida Benito Juárez, propiedad del ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto, bajo el número de escritura 0239-2015.
Carta/documento que llevaba plasmada la firma del director de operaciones de la citada empresa, el Licenciado Gilmer Castillo Cabrera, con una oferta de «10 MILLONES DE PESOS».
Ante esto, tras haber ya sostenido una serie de pláticas y amarres en lo particular con el representante de Dunosusa, el 13 de junio de ese mismo año, Paoly Perera Maldonado celebra la Octava Sesión Ordinaria de Cabildo, en la que expone a los miembros de este cuerpo colegiado (en el quinto punto del Orden del Día), que el dinero obtenido por la venta de dicho inmueble servirá para cubrir el 50 por ciento del pago a ex trabajadores de la Comuna, por el laudo emitido por el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, con número DIT-74/2008.
Y aquí es precisamente donde asoman «las uñas» de Paoly Perera, pues tras la oferta de 10 MILLONES DE PESOS de la empresa yucateca, la alcaldesa expone ante el Cabildo el monto de 8 MILLONES DE PESOS. Aquí, de entrada, fue la primera «mochada» por 2 MILLONES DE PESOS, ya que no se entiende de otro modo, dado que, nadie en su sano juicio recibe una cantidad menor que la que le ofrecen por determinado bien.
Además de que, de entrada, el proceso fue viciado al no existir una convocatoria para la subasta del predio en mención, tal y como lo señala la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestación de Servicios. Relacionados con Bienes Muebles del Estado, que fue señalado en la (también amañada) Sesión de Cabildo, misma que tuvo que ser llevada a receso para hacer «la faramalla», y simular en el papel un proceso de licitación que favoreciera a la empresa Dunosusa, con razón social «Proveedora del Panadero SA de CV», ante el padrón del Servicio de Administración Tributaria.
En esta misma Sesión de Cabildo, se dio nombramiento legal a Paoly Perera en su carácter de Presidenta Municipal, y a Edwin Medina Pacheco, quien fungía como Secretario General, desplazando en forma premeditada la figura del Síndico Municipal, a quien correspondía encabezar esta transacción, y todo con el aval de la mayoría de los regidores, que ya tenían segura su rebanada del pastel.
Una vez cerrado el amarre, tanto con el apoderado legal de Dunosusa, Manuel Morales Sansores y los flamantes regidores, se procedió al trámite para la venta ante el Notario Público número 44, Luis Alberto López Rosado, con sede en la ciudad de Mérida Yucatán, que fue el 27 de noviembre de 2017, empero, cinco días antes, se hizo la mentada subasta, donde salio ganadora la empresa oferente. Todo gracias a la mano negra de Paoly Perera Maldonado.
Lo cuestionado de este caso es pues: ¿Donde quedaron los primeros DOS MILLONES DE PESOS? ¿Porque los extrabajadores del ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto siguen haciendo plantones frente a Palacio Municipal, si supuestamente este dinero serviría para pagarles? ¿Si no se les pagó, a dónde fueron a parar entonces los 8 MILLONES DE PESOS que Dunosusa pagó por ese inmueble?
Queda más que claro, y no hay que ser un experto en transacciones inmobiliarias, como para deducir que, Paoly Perera, orquestó «la estafa maestra» en Felipe Carrillo Puerto, y todo para costear su campaña de 2018 con miras a su reelección, en la cual por cierto resultó derrotada.