Por Daniel Osorio García
Después de la contundente victoria que tuvo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018, muchos medios de comunicación ensalzaron su triunfo con “elogios desmedidos”, era la luna de miel de AMLO con la clase empresarial del país y la “buena” relación con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, quien, como todos sabemos, humilló a los mexicanos en reiteradas ocasiones.
Queda claro que muchos medios nacionales en aquel entonces, exageraron la victoria de Morena y de AMLO. Estos elogios desmedidos que agigantaron la victoria de Morena y su candidato López Obrador, además de su cercanía con el presidente de EE. UU, era un claro indicador de lo que iba a pasar en nuestro país, por lo que algunos analistas serios y visionarios como el Ing. Aquiles Córdova Morán, dirigente del Movimiento Antorchista Nacional, señalaron en su momento que había que prepararnos para lo que venía y nos invitaron a reflexionar sobre el error cometido en las urnas, porque eso iba a traer consecuencias graves.
Durante las campañas políticas de 2018, el maestro Aquiles, como los antorchistas le decimos de cariño, dijo que no era correcto votar por López Obrador y ofreció argumentos contundentes: “El problema no es la corrupción. Por eso es un error el planteamiento de López Obrador y es un error creer que él solito va resolver los problemas”. Además, sostuvo que en política hay que estudiar, hay que ser científicos de la ciencia política porque no se puede improvisar.
Al triunfar en las elecciones del 1 de julio de 2018, Andrés Manuel López Obrador dijo que será el presidente de izquierda y prometió que beneficiaría a los más pobres, que iba a impulsar cambios muy favorables para los marginados: 100 millones de mexicanos que viven en pobreza y 25 millones de ciudadanos que no tienen asegurado ni el pan del día siguiente. Pero ahora resulta que López Obrador no se pone de acuerdo con los pobres, sino con los ricos, con la clase empresarial del país, con esos que, en campaña, dijo que eran una minoría rapaz.
Según él erradicó el neoliberalismo, pero sigue tratando con Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Salinas Pliego, etcétera. ¡El neoliberalismo goza de cabal salud!
Hoy, a dos años y medios de gobierno de la autoproclamada “Cuarta Transformación”, podemos decir con plena certeza que el Ing. Aquiles Córdova Morán tenía razón, que el problema fundamental de nuestro país no era la corrupción y que un mesías por muy bueno y noble que fuera, no iba a poder solo con los problemas de nuestra golpeada nación.
López Obrador y Morena le han quedado a deber mucho al pueblo mexicano y por si esto fuera poco, tienen al país al borde del colapso. La situación política, económica y social es alarmante. Esto no lo digo, estimado lector, porque le tenga mala fe al gobierno de AMLO o porque me considere un enemigo consumado de la “4T” ¡NO! Lo digo, porque como dice la Biblia, “por sus frutos los conoceréis”.
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la economía de nuestro país está en franco retroceso porque cayó 8.5 por ciento en 2020, la peor caída del Producto Interno Bruto (PIB) en casi 90 años. Si bien es cierto que la Pandemia nos golpeó seriamente como al resto del mundo, también es cierto que el mismo gobierno de la 4T no supo manejar la crisis sanitaria por lo que provocó cientos de miles de muertes y millones de contagios. Aunado a eso, la pobreza se incrementó en por lo menos 10 millones de pobres más, personas que no tienen ni siquiera el recurso suficiente para tener alimentos en su mesa todos los días. Esto lleva a otro fenómeno que también está muy marcado; ha aumentado la delincuencia, México es mucho más violento con el gobierno de la 4T que con los anteriores gobiernos. Hay más secuestros, más robos a casa habitación, mucho más feminicidios y todo esto, en gran medida, derivado de la falta de trabajo y, por lo tanto, de dinero para por lo menos tener para comer.
La corrupción que prometió erradicar López Obrador porque según él, era la causa de todos los problemas y, sobre todo, de la pobreza de nuestro país, sigue viento en popa. Con la 4T la corrupción es mucho mayor, no es cierto que se haya eliminado, al contrario, cada día crece más, tan solo en el primer año de gobierno de AMLO, según el INEGI, la corrupción creció un 7.5 por ciento y los escándalos en los altos niveles del gabinete no se han hecho esperar. Hay de todo un poco, desde las casas de Bartlett hasta los paquetes de dinero de Pio López Obrador.
En fin, muchas cosas están mal y peor se van a poner; ejemplo de ello es que la gasolina que no ha bajado el precio por el contrario sigue en aumento, las pequeñas empresas están en bancarrota, la pandemia sigue cobrando miles de vidas, hay un mal programa de vacunación contra el Covid-19 y, por si esto fuera, poco; hay senadores, diputados, gobernadores y presidentes municipales de Morena que han resultado ser una verdadera fichita, si no me creen, solo echen un vistazo en Guerrero con Salgado Macedonio, o en Puebla con Saúl Huerta, ambos acusados de violación, pero hay muchos más que por falta de espacio no menciono.
AMLO y Morena, después de crecer como la espuma del mar, después del éxito rotundo en el 2018, en poco tiempo demostraron que no saben gobernar, que son un peligro para México, el país se cae a pedazos, los hechos así lo comprueban, los mexicanos bien nacidos debemos reflexionar en torno a esta grave situación y este 6 de junio debemos acudir a votar con un voto razonado para que no nos pase lo mismo que en el 2018. Que conste.