Por Daniel Osorio García Dirigente del Movimiento Antorchista en Quintana Roo.
Partimos del terrible pero indiscutible hecho de que el número de personas en situación de pobreza extrema en México aumentó en 2.96 millones en 2020, lo que significa que el porcentaje de la población en pobreza extrema subió a 8.5 por ciento en el país, en comparación con 2018, periodo en el que inició la administración de Andrés Manuel López Obrador, lo anterior según información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). En este sentido, de acuerdo con los resultados de la Medición Multidimensional de la Pobreza en México 2018-2020, en 2018 había 8.69 millones de personas en situación de pobreza extrema, mientras que, en 2020, también año de la pandemia de COVID-19, dicha cifra incrementó a 10.79.
Resulta que Quintana Roo ocupa el deshonroso primer lugar en generar pobreza, situación que se consolidó en la entidad durante los últimos dos años, toda vez que 346 mil 504 personas ingresaron a la lista de los nuevos pobres, de aquellos que no tienen los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades primordiales, es decir, que no tienen la posibilidad de adquirir siquiera la canasta básica para alimentarse, lo anterior, según el último informe del CONEVAL, en el que se destaca que entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentó de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento, mientras que el número de personas en esta situación pasó de 51.9 a 55.7 millones.
La situación anterior tiene su causa derivada de la crisis económica que se venía consolidando en nuestro país, fruto de las deficientes políticas implementadas por la administración morenistas de Andrés Manuel López Obrador, y la incertidumbre que se generó entre los inversionistas debido a su autoritarismo, falta de visión y decisiones irresponsables, lo que, aunado a otros factores, provocó una crisis económica, misma que se agravó por la contingencia sanitaria ocasionada por el coronavirus SARS-COV-2 y el mal manejo que el gobierno federal ha tenido de la misma, lo que derivó en miles de muertes y el grave incremento de la pobreza.
Al respecto, hay que aclarar que en el contexto de la contingencia sanitaria causada por el COVID-19 y de la crisis económica derivada de las medidas tomadas para controlar su propagación, el objetivo principal de este informe del CONEVAL no es calificar la efectividad de los programas, acciones e intervenciones gubernamentales, sino que permite identificar avances y retrocesos del desarrollo social y grupos de atención prioritarios para los tres órdenes de gobierno, en otras palabras, que se atendió y se dejó de atender por quienes hoy ostentan el poder en México.
En este tenor, las administraciones encabezadas por López Obrador, a nivel federal, y Carlos Joaquín González, a nivel estatal, son merecedores de la medalla de oro, puesto que, según el informe del CONEVAL, Quintana Roo incrementó su porcentaje de pobreza un 189 por ciento, destacando en este sentido, los estragos que la pandemia ha dejado en la entidad, donde miles de trabajadores desempleados, principalmente del ramo turístico y el masivo cierre de micro, pequeños y medianos negocios, como consecuencia de la inacción del gobierno estatal, por ayudarlos a superar la crisis que no tiene para cuando terminar y las irresponsables decisiones de López Obrador que han hecho que el impacto de la pandemia sea catastrófico en los mexicanos más vulnerables y marginados.
Al respecto, dicho informe sobre la medición de la pobreza, destaca la situación de Quintana Roo, de los cuales 346 mil 504 personas son consideradas “nuevos pobres” en 2020, lo que representa un incremento de 17.3 por ciento, en comparación con 2018.
Estas cifras son contundentes, en 2018, un total de 543 mil 371 personas, el 30.2 por ciento de la población en la entidad estaba en rezago, pero dos años después el porcentaje subió 17.3 por ciento y pasó a 47.5, con 892 mil 875 habitantes con carencias. Ante esta situación, no basta con negar, desconocer o desaprobar los resultados del CONEVAL, como lo ha hecho en sus famosas y polémicas “mañanera” el presidente López Obrador.
El incremento de la pobreza se da de forma multicausal, y sus efectos se presentan en diferentes términos, por ejemplo en cuanto a las carencias sociales, el mayor cambio entre 2018 y 2020 es un aumento de 12.0 puntos porcentuales en la carencia por acceso a los servicios de salud, que pasó de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento, por otra parte, también aumentaron el rezago educativo con un incremento de 0.25 puntos porcentuales y la carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad en 0.31 puntos porcentuales.
Un dato lamentable, pero alarmante es que la pobreza extrema aumentó 189 por ciento en el mismo periodo, toda vez que se tenía el registro de poco más de 69 mil personas en esa condición y la cifra ascendió a 199 mil 439, lo que significa que, en ese lapso, 130 mil 434 quintanarroenses más presentaron esta situación.
Estos resultados colocan a Quintana Roo, como puntero nacional en incremento de la pobreza, liderando todos los indicadores de marginación y pobreza a nivel país, con mayor incremento en dos años. Así se ubica el podio de los primeros 4 lugares en esta nada agradable situación: Quintana Roo (de 30.2 por ciento a 47.5 por ciento), Baja California Sur (de 18.6 por ciento a 27.6 por ciento) y Tlaxcala (de 51.0 por ciento a 59.3 por ciento), con 17.3, 9.0 y 8.3 puntos porcentuales más, respectivamente.
Asimismo, que se espera que esos porcentajes aumenten, toda vez que la emergencia sanitaria por el COVID-19, que no ha podido ser controlada y por el contrario vive una nueva ola, ha profundizado los desafíos que enfrenta la política de desarrollo social en todos los ámbitos, principalmente, en el ingreso, salud, educación y alimentación de la población mexicana y donde claramente los gobiernos han sido rebasados, ya sea por incapacidad o por no querer hacer frente a los desafíos que ello conlleva, pero principalmente por las decisiones irresponsables.
Ante tal indolencia de nuestros gobernantes con la artificiosa actitud de manipular los datos oficiales para maquillar la realidad y desacreditando a las instituciones que todavía cuentan con credibilidad, pretenden que el pueblo mexicano no sea consciente de la realidad, pero la observación de nuestro entorno concreto, material y que experimentamos cotidianamente en el sufrimiento de nuestras familias, nos revela que el padecimiento de la pobreza es real y que esta ha incrementado los últimos años en los que precisamente ha gobernado la Cuarta Transformación, y que en Quintana Roo, pese a ser una entidad que siempre ha contribuido a la generación de riqueza económica del país, hoy sea un estado que se caracteriza como principal generador de pobreza, a pesar de los anuncio con bombo y platillo de mega obras como el Tren Maya con millonarias inversiones que no se sabe bien a quien benefician.
Es necesario que como pueblo reflexionemos más sobre nuestra situación y las terribles condiciones a la que nos han conducido las malas e irresponsables decisiones de nuestros gobernantes, y que organizadamente, defendamos nuestros derechos y garantías, principalmente cuando la evidente pobreza, que siempre ha existido, en este momento ha cobrado un incremento acelerado, lo que se vuelve peligro para el país, por la consecuencias de las carencias para nuestras familias que se prevé para el futuro, la irresponsabilidad del presidente López Obrador nos está afectando en nuestra vida diaria, y su inconciencia es peligrosa, por eso levanto la voz.