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Por Brasil Acosta
En México, los millonarios pagan menos impuestos que el estrato medio como proporción de su ingreso y ello no se sabe porque normalmente la información fiscal no se hace pública, pues México no permite que se muestre información fiscal de los contribuyentes de manera anónima. En esa materia somos uno de los países menos transparentes. Asimismo, los gobernantes reciben una fuerte presión por parte de los grandes consorcios y las cámaras empresariales para que no les exijan el pago de impuestos o para que les exenten de pago. Recuerdo, por ejemplo, que, en un gesto de sensatez, descontento por la actitud de la clase empresarial de México, Felipe Calderón Hinojosa, arremetió contra los millonarios y les dijo que “no pagaban impuestos”. La respuesta, en aquel entonces, no se hizo esperar y fue dura contra Calderón, obligándolo a “retractarse” de sus dichos.
Un segundo evento similar fue la propuesta de Luis Videgaray con su reforma fiscal de 2014, misma que le costó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Efectivamente, en el afán de que los más ricos pagaran más impuestos, propuso una serie de modificaciones que obligaban, a reducir el famoso régimen de consolidación fiscal que permitió, por ejemplo, que Walmart de México, consolidara sus diversas empresas en un consorcio y con las sumas y las restas de pérdidas, ganancias e inversiones, lograba una base gravable que hizo que pagara menos de 200 pesos de impuestos. Asimismo, planteaba que los capitales de la bolsa pagaran impuestos, lo cual es racional, pues especulan, ganan y se llevan, en forma de ganancias, el trabajo de los mexicanos a otros países. Otro ejemplo fue la recaudación indirecta mediante la incorporación fiscal de los pequeños negocios para saber, a ciencia cierta, el tamaño de las ventas de los grandes corporativos, como las refresqueras, las cerveceras, la empresa de pan, papitas o galletas, entre otras. Así, con la declaración del tendero, el Sistema de Administración Tributaria, sabría indirectamente si la base gravable que reportó la empresa de refrescos coincide con lo que en realidad vendió y, así, podría descubrirse si se le mentía o no al fisco.
Decía mi maestro de matemáticas de El Colegio de México que los empresarios mexicanos “eran muy chillones”. Las quejas de los organismos empresariales y del gran capital se dejaron sentir hasta pegarle al gobierno por haber coqueteado con China y por estas reformas, por lo que no debemos olvidar la famosa “Casa Blanca” y la “Casa de Malinalco”, esa fue la primera respuesta y la última, el cambio de secretario de hacienda por José Antonio Meade.
Los ricos más ricos de México, según la investigación de Viri Ríos, pagan sólo el 11.3% en proporción a sus ingresos, mientras que el estrato medio paga 8.6%. Todos los mexicanos pagan más impuestos conforme más dinero tienen, excepto los ricos más ricos. El rico más rico paga en México una tasa del 11.3%, pero eso equivale a lo que deberían pagar quienes ganan 9 mil 600 pesos al mes.
La recaudación en nuestro país, como dice David Colmenares, está por debajo de la media de los países de la OCDE. “Siempre hemos estado por debajo de la media en la relación recaudación tributaria-PIB; en 2020, por ejemplo, el promedio de la OCDE es de 33.5 por ciento; de América Latina y el Caribe es de 21.9; sin embargo, para Brasil, con el 31.6; Argentina, 29.4; Chile, 19.3; México, 17.9 por ciento y Perú sorprendentemente 15.2 por ciento.
“De acuerdo con el análisis en 2020, la estructura tributaria en México estaba compuesta principalmente por un 24% del IVA; el impuesto sobre la renta de personas físicas, con un 21%; el ISR a sociedades, 20%; un 14% de las cotizaciones, a la seguridad social, y un 13% de los impuestos sobre bienes y servicios, en suma, corresponde a un 92%, el restante 8% corresponde a pequeños rubros.
“Como se mencionó, por orden de gobierno, aproximadamente el 95 por ciento es recaudado por el gobierno central; 4, estatal, y 1 por ciento, el municipal. Si restamos los fondos de seguridad social, el poder tributario en México ha sido muy centralizado; por ejemplo, en países federales de la región los gobiernos estatales en Argentina recaudan el 16.8 por ciento y en Brasil, 24.4 por ciento, y aun con ese grado de descentralización del poder tributario tienen serios problemas presupuestarios. Chile, país unitario o centralizado, el orden central tienen el 86.0 por ciento y los gobiernos locales, el 7.8 por ciento, sin restar en estos tres casos los ingresos de seguridad social. Por supuesto, de los países del subcontinente son países unitarios a excepción de Argentina Colombia, Venezuela, Brasil y México que son Federales.”
En los días que corren no sólo la recaudación tiene un carácter central, sino ahora el gasto está centralizado y, lo peor, en obras inútiles como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y Dos Bocas. Pero, además, este gobierno ha iniciado campañas inquisitoriales para cobrar impuestos, llegando al grado de congelar cuentas para extorsionar oficialmente para cobrar impuestos o fincar arbitrariamente créditos fiscales.
Pero el problema sigue siendo el mismo. Este gobierno también dijo que no crearía nuevos impuestos ni cobraría más impuestos, pero en México se requiere un esquema de recaudación progresiva. Que pague más quien tenga más y quien no tenga, que no pague. En la tesis “¿Qué tan progresiva es la Reforma Fiscal en 2014? El caso específico del impuesto sobre la renta a personas físicas” se hace una propuesta concreta de una tasa progresiva en la cual el estrato más bajo de ingresos, es decir, de 0.01 a 5,952.84 pesos, pagaría 1.92% de impuestos y el estrato más alto, es decir, aquel cuyos ingresos sean de 15 millones de pesos o más, tendrían que pagar una tasa anual del 48.6% de impuestos, a diferencia del 11.3% de impuestos que hoy pagan.
Sólo un gobierno popular nacido del pueblo será capaz de poder instrumentar una política de esta envergadura, para que así pueda tener dinero el gobierno para concretar una política de pleno empleo, que eleve los salarios y realice obras y servicios de calidad que el pueblo de México necesita y se merece.
