Por Daniel Osorio García
El sábado pasado se realizó la Primera Jornada Nacional de Declamación que impulsó la Comisión Cultural del Movimiento Antorchista, siendo un día exitoso por la cantidad y la calidad de los participantes; yo creo que una de las partes más importantes fue, que en esta jornada participaron niños, jóvenes estudiantes, amas de casa, campesinos, obreros, maestros y muchas otras personas del pueblo a quienes Antorcha les ha inculcado el cariño por esta bella disciplina.
Según los datos de la comisión organizadora, fueron más de mil quinientos participantes del pueblo que a lo largo y ancho de nuestro país, con gran habilidad, destreza y sentimiento declamaron poesías de grandes poetas como, por ejemplo: José Martí, Gioconda Belli, Pablo Neruda, Carlos Pellicer Cámara, Enrique González Martínez, Efraín Huerta, Oliverio Girondo, Antonio Mediz Bolio, Bertholt Brecht, entre muchos otros.
Es importante este trabajo que hace nuestra Comisión Cultural Nacional porque fomenta entre el pueblo humilde y trabajador el arte y la cultura, así como la poesía, y Antorcha también impulsa las siete bellas artes para que éstas las conozca el pueblo porque en el sistema capitalista en el que vivimos, sólo tiene acceso la clase pudiente, dejando a un lado al pueblo trabajador.
Nosotros los antorchistas no pensamos igual que el capitalismo, nosotros queremos que la cultura, que el arte se conozca entre la gente modesta, de recursos económicos bajos, es decir, la masa del pueblo mexicano. Nosotros queremos difundir la cultura en general, hacerla conocer por el pueblo, saborear por el pueblo, gustar por el pueblo, de modo que lo haga suyo; que el arte y la cultura regresen a su verdadera matriz, a su verdadero creador, que en México y en el mundo entero ha sido el pueblo mismo.
Es por eso que esta Jornada Nacional de Declamación es un esfuerzo más del Movimiento Antorchista para que el pueblo pobre no sólo le tenga amor al arte y la cultura, sino que sobre todo la practique, que regrese al pueblo lo que fue creado por él.
Si bien es cierto que las condiciones en nuestro país son desastrosas; que las condiciones políticas y económicas que hoy vivimos producto de un mal gobierno de la autodenominada “Cuarta Transformación”, que está llevando a los mexicanos a un callejón sin salida, también es conveniente mencionar que un pueblo culto es un pueblo visionario, sensible y, por lo tanto, no se deja llevar “por los cantos de sirena”.
Así que compañeros y amigos, leer y escuchar poesía nos vuelve hombres y mujeres más cultos y sobre todo, más sensibles ante las desgracias que se cometen con los más desprotegidos de la tierra, por eso debemos imitar a los grandes poetas, conocer sus palabras, declamar sus poemas, darles voz a sus versos que son tan vigentes hoy en día, en este mundo que se está cayendo a pedazos por todas las injusticias que los poderosos cometen con los más desvalidos.
Esta intensa y exitosa Primera Jornada de Declamación, es un incentivo para todos los activistas del Movimiento Antorchista, porque vemos que nuestro trabajo da frutos, que sigue avanzando en la tan difícil pero indispensable tarea de educar al pueblo trabajador.
Declamar no es fácil, es una de las disciplinas más difíciles que requiere mucha concentración, entendimiento y preparación, sin embargo, los resultados que se obtuvieron en este evento, nos indican que vamos por buen camino, que la atinada dirección de nuestro querido maestro Aquiles Córdova Morán es correcta y nos lleva a buen puerto.
Sigamos trabajando para que más personas tengan el gusto por la cultura y el arte, sigamos avanzando en la tarea de regresar al pueblo lo que en su seno se creó, sigamos fomentando la poesía y la declamación como una forma de expresarnos y educarnos, como dijo Miguel de Cervantes Saavedra, uno de los más grandes exponentes de la literatura universal:
“La poesía, a mi parecer, es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de autorizar con ella; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá de oro purísimo de inestimable precio; hala de tener, el que la tuviere a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible en ninguna manera, si ya no fuera en poemas heroicos, en lamentables tragedias o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimular los tesoros que en ella se encierran. Y así, el que con requisitos que he dicho tratare y tuviere a la poesía, será famoso y estimulado su nombre en todas las naciones políticas del mundo”. Vale.