Los empresarios de la industria de la construcción de la entidad están sobreviviendo con la obra pública que el Gobierno del estado concursa, están a la espera que la federación abra la cartera y empiecen a fluir los recursos que ya están programados y presupuestados y que los Ayuntamientos terminen con la curva de aprendizaje para que también lancen convocatorias.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción delegación Quintana Roo, Miguel Ángel Villanueva García confirmó que sus asociados están participando en el 60% de las escuelas que el Gobierno del estado construye a través del Instituto de Infraestructura Física Educativa, que en este año ha considerado once planteles nuevos en la zona norte del estado y 163 ampliaciones en toda la entidad.
Esto representa más de 131 millones de pesos en las que se ocupan cerca de 450 empresas constructoras, de las cuales la mayoría son pequeños negocios.
La falta de obras con recursos de la federación registra una caída de un 60 por ciento con respecto al año pasado. Los constructores hacen números y califican la situación de preocupante en su actividad pues han transcurrido seis meses de 2019 y no hay señales claras.
De los 340 mil millones de pesos programados para obras este año en el país, sólo se han ejercido 70 mil millones, la falta de inversión en obras explica porque la economía mexicana ha mostrado una desaceleración superior a la prevista durante el primer y segundo trimestre.
En los últimos 36 meses la industria de la construcción en Quintana Roo ha tenido un empuje importante como no se había registrado antes, los agremiados de la CMIC además de participar en el ámbito de la edificación de escuelas están involucrados en trabajos de pavimentación de calles y mejoramiento al equipamiento urbano en la zona maya, que es con lo que sobreviven.
Si bien los constructores están satisfechos con la respuesta del estado, en el entorno nacional todos están preocupados por la caída en la inversión en la obra pública, el gasto del gobierno federal está prácticamente detenido en la mayoría de las dependencias que tienen a su cargo proyectos estratégicos lo que impacta en un menor gasto en la construcción y a su vez tiene efectos en toda la cadena productiva.
En el caso de Quintana Roo, el Tren Maya no ha generado inversión productiva en lo que va del año y tampoco se sabe cuando se empezará a sentir, los constructores siguen con atención los comunicados del Fonatur y están conscientes que están más enredados que nudo de marinero.
Y aunque ya la Sedatu, licitó el paquete de obras de inversión de más de 500 millones de pesos del Programa de Mejoramiento Urbano, para construir parques, centros comunitarios y culturales, así como unidades deportivas, pavimentación de calles y acciones en materia de vivienda en el municipio de Solidaridad, Quintana Roo, lo cierto es que sus reglas de convocatoria no son lo más atractivas para los constructores quintanarroenses, por lo que es casi seguro que una compañía del Centro del país sea la afortunada.