Quintana Roo y las demás Entidades del país deben estar preparados para actuar ante la posible cancelación de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) ya que puede obligar a potencializar el mercado como Centroamérica, China y Europa, señaló el investigador de la Universidad de Chapingo del Estado de México, Abel Pérez Zamorano.
Aclaró que no concretarse las negociaciones, no es riesgo para la economía de México, sino de nuevos retos para que las instituciones como lo es la Sagarpa y la Sedarpe apliquen los apoyos al sector primario en el rubro de la infraestructura y a su vez de manera interinstitucional generen programas sociales que fortalezcan el ingreso de los agricultores para así evitar que los recursos destinados al agro terminen siendo subsidios alimenticios y no productivos.
“Los apoyos que se dan al campo vayan dedicados a la infraestructura por ejemplo el camino saca cosechas que luego son un problema en todos lados, hay comunidades aisladas que pudieran vender productos si se les facilitara vías de acceso, pero estas no existen”.
De acuerdo a estadísticas y estudios reales, el problema del campo en el país y Quintana Roo es la carencia de infraestructura que le de soporte a la producción primaria, productores en edad adulta debido a la migración de la población joven a las ciudades, carencia de programas como el extinto extencionismo y otros factores como los bajos ingresos en la zona rural ha generado el declive de esta actividad la cual es primordial para garantizar la sustentabilidad agro alimentaria en el país.
“Los subsidios del productor dado la pobreza del productor se convierte en los subsidios al consumo, es decir si la gente está en la pobreza y no tiene para comer y se le da un subsidio para producir la gente utiliza muchas veces parte de ese subsidio para conseguir alimento, es decir por un lado apoyar la producción, pero por otro lado programas sociales de apoyo al ingreso para que los precios no suban en el campo y la gente tenga que comer”.
Agregó que las unidades agrícolas deben incrementar su capacidad productiva por medio de la vía asociativa y con ello poder alcanzar la tecnificación necesaria logrando así producciones a una escala mayor.
En la conferencia “El Tratado de Libre Comercio y el Campo Mexicano”, que fue impartida en la Casa de la Consejería Jurídica de Chetumal, el profesor investigador Abel Pérez Zamorano, refirió que los Estados Unidos de América cuestionan la conveniencia del tratado para los intereses de las empresas norteamericanas, porque México le roba empleos debido a los bajos salarios que se pagan en el país y representa una competencia desleal.
Dijo que Estados Unidos ha sido el país más beneficiado con el tratado, a pesar de ciertos progresos que existen en el país, como los productores agrícolas de alto valor comercial como los aguacateros, tomateros, uveros, freseros, pero le ha ido mal en el sector de los alimentos básicos.
“México es un país que ha perdido soberanía alimentaria, porque para que un país pueda tener esa soberanía debe de producir al menos el 75% de los alimentos que consume, nosotros producimos el 53%”.
Agregó que el país tiene una dependencia muy fuerte alrededor de 20 productos básicos, maíz, soya, trigo y frijol, entre otros.
Dijo que los 10 principales productos agroalimentarios que México exporta a Estados Unidos son, Cerveza, tomate aguacate, pimiento, tequila, frambuesa, moras, uva, fresa, ganado bovino y carne de res deshuesada, productos agrícolas de alto valor comercial que representan el 49% del valor total de las exportaciones agroalimentarias mexicanas a ese país.
Pérez Zamorano, expresó que a cambio, se importa maíz, soya, residuos de soya, trigo, jamón de cerdo, demás preparaciones alimenticias, carne de res deshuesada, leche en polvo y natas, demás fructuosas y desechos de almidón, que representan el 46% del valor total de las importaciones agroalimentarias provenientes de Estados Unidos.
Indicó que el tratado es útil, ha servido, pero se pueden aprovechar las negociaciones para corregir y hacer ajustes en favor de los pequeños productores del país; el TLC debe de proteger a los sectores más vulnerables del país.
Consideró que Quintana Roo es clave para abrir esas fronteras comerciales y añadió que el TLCAN no ha favorecido a México porque le ha hecho improductivo y dependiente de Estados Unidos.
Porque en 1994, cuando se formalizó, México producía el 76 por ciento de los alimentos y ahora solo 56%, mientras que en contraparte es el tercer consumidor de Estados Unidos a nivel internacional.
DATOS DUROS
En el 2015 México se ubicó en el lugar 10 entre las potencias exportadoras, de acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC) generando 397.5 mil millones de dólares. También ocupó el lugar 12 en producción mundial de alimentos, en el lugar 13 en producción mundial de cultivos agrícolas, en el lugar 11 en producción de ganadería primaria y en el lugar 16 en producción mundial pesquera y acuícola.
Los principales grupos de productos que México exportó a Estados Unidos en 2016 fueron frutos y hortalizas (49%) del total de ventas realizadas y le siguió el segmento de bebidas alcohólicas y vinagre (19%) y los productos más demandados por el mercado estadounidense fueron: cerveza 3,103 mdd, jitomate 1,964 mdd, aguacate 1,768 mdd y berries 814 mdd. En conjunto, estos cuatro productos alcanzaron un valor de siete mil 649 millones de dólares, lo que equivale al 30.6% del total de exportaciones realizadas durante el año 2016. De igual forma comercializó en Estados Unidos mil 117 millones de dólares en tequila.
Entre 1994 y 2015 la producción de arroz cayó de 373 mil a 236 mil toneladas, el frijol, de 1.3 millones a 969 mil, trigo bajó de 4.1 a 3.7 millones, maíz amarillo, de 4.3 a 3.3 millones, solo en 2012 las importaciones de granos y oleaginosas subieron en 12.6%.
En ese mismo periodo la importación de arroz aumento de 296 mil a 876 mil toneladas anuales, el trigo, de 1.4 a 4.1 millones, maíz amarillo, de 594 mil a 11.1 millones.
Antes importábamos el 44.2% del arroz que consumimos; en 2015, el 80%; en trigo grano pasamos del 25.8% a 59.8%; en maíz amarillo, de 12% a 76.8%.
Somos el segundo importador de cereales, detrás de Japón (el primero en arroz y en frijol, el cuarto).
En total, importamos el 43% de los alimentos (FAO, 2013) a un costo de más de 18 mil millones de dólares anuales; algo grave, considerando que tenemos casi dos millones de kilómetros cuadrados de territorio, los climas más diversos y 22 millones de hectáreas cultivables.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió sobre la necesidad de estimular el intercambio agroalimentario entre las naciones de América Latina y el Caribe, ya que 18 de ellas son importadoras netas de productos alimenticios. Y además el 57% de esas adquisiciones se concretan con países o empresas extrarregionales.