*Su padre, el Doctor Pech, aprovechó el cargo de dirigente para colocarlo y mantener vigilada a Lidia Rojas
Chetumal.-La incursión de Gustavo Pech Galera, como candidato a Síndico en la planilla de Movimiento Ciudadano por la presidencia municipal de Othón P. Blanco, está muy lejos de cumplir lo que tanto se cacarea desde este partido político, y guarda mucha más distancia de la expectativa y la esperanza social.
El espacio que ocupa en la contienda electoral local, que por cierto fue negado y prácticamente arrebato a otras figuras chetumaleñas de reconocida trayectoria en las filas de MC, fue asignado para cumplir el caprichito de su padre, el senador y dirigente de esta fuerza política en Quintana Roo, José Luis Pech Várguez.
Es decir, «Tavito» no llegó a esa candidatura con la finalidad de enaltecer los principios del partido, en el sentido de otorgar la oportunidad a verdaderos ciudadanos, como engañosamente se jactan de gritar a los cuatro vientos el propio Doctor Pech, y la abanderada por la presidencia municipal, Lidia Rojas Fabro.
Pues claro está, Gustavo Pech no es un ciudadano común; al menos no como los que aspiraban con ansias y han trabajado por años en busca ese espacio, que hoy tristemente rellena como una cuota a modo y conveniencia familiar, dentro de la franquicia partidista que hoy está en manos de su progenitor.
El «junior naranja» es un empresario restaurantero, y su única aspiración es llenar de comensales las mesas de sus negocios, y sus bolsillos de dinero. Incluso ha mencionado en varias ocasiones durante mesas de café, que la política no es lo suyo, y solo responde a «lo que decida el Doctor».
¿Luego entonces, si no está en Movimiento Ciudadano como un representante nato de la sociedad, ni mucho menos como político, cuál es el papel que se espera pueda desempeñar en favor de la población othonense?
¿Cómo un personaje, sin una personalidad determinada, podrá trabajar dentro de un gobierno municipal para responder a la expectativa y la esperanza de la sociedad?
Representar los intereses de su padre, y vigilar de cerca los pasos de la candidata Lidia Rojas, es el verdadero papel protagónico de «Tavito» Pech Galera dentro de la planilla por la alcaldía capitalina. Pues claro está, en Movimiento Ciudadano viven agarrados de las greñas, y se ven como enemigos unos a otros.
Y una clara muestra es que a más de tres semanas de campaña, José Luis Pech Várguez ha dejado ver su desprecio hacia Rojas Fabro, a quien no ha acompañado un sólo día en sus desinflados recorridos proselitistas.
¿Y esto es lo nuevo que ofrecen Lidia Rojas y Movimiento Ciudadano para los habitantes de Othón P. Blanco?