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MANUEL VALENCIA SUENA FUERTE PARA OTHÓN P. BLANCO

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Manuel Valencia Cardín, el candidato del Partido Encuentro Social que se volvió incómodo para los otros candidatos a la presidencia municipal de Othón P. Blanco, sigue sumando simpatías al proyecto que ha llamado “La Fuerza del Sur”.

El chetumaleño empezó muy debajo de las preferencias, pero de pronto el sentir ciudadano lo ha colocado entre los candidatos con mayores posibilidades de ganar las elecciones del 1 de julio próximo. ¡Vaya pues! se metió a la pelea.

A Manuel Valencia poco le han importado los calificativos de sus detractores políticos en las redes sociales, donde prácticamente ha sido crucificado por el sólo hecho de haber colaborado en los sexenios de Félix González Canto y del innombrable Roberto Borge. Fue Secretario de Cultura, del primero, y a la postre Secretario Particular del segundo, pero antes, se desempeñó como presidente del Congreso del Estado en la XI Legislatura, donde abrió las puertas del edificio de “Punto Estrella” para ayudar a mucha gente que hoy, en campaña, lo recuerda con afecto.

Se convirtió en el primer diputado de oposición (Convergencia) en presidir la Gran Comisión del Congreso del Estado, hoy en manos de políticos perversos que con sus leyes dañan y hieren de muerte al pueblo que los eligió.

Sin recursos suficientes para hacer una verdadera campaña, Manuel Valencia, Pacho, como le llaman sus amigos de antaño, con esos que jugó canicas y trompo en las calles de este su natal Chetumal, ha caminado colonias y visitado varias localidades del municipio; en todas, sin excepción, los ciudadanos manifiestan coraje hacia el actual gobierno (estatal y municipal) porque están olvidados. Tienen clínicas, pero no tienen médicos ¡carajo!
He seguido muy de cerca la campaña de Manuel Valencia, un hombre sencillo, honesto; un hombre que no miente al ciudadano, no promete porque no puede hacerlo; sin embargo, ofrece propuestas y la forma en que podrá resolver los añejos problemas de los othonenses.

No promete domos deportivos ni proyectos fantasiosos, simplemente ofrece trabajar junto con el pueblo para solucionar los problemas.

Manuel Valencia inspira confianza en los ciudadanos, ha logrado sumar voluntades, afectos y simpatías a su proyecto. Los chetumaleños, ávidos de recuperar el orgullo y la dignidad de la capital de Quintana Roo, hoy en manos de un grupo político poblano encabezado por el exgobernador de aquella entidad, Rafael Moreno Valle, han depositado su confianza en él.

Los chetumaleños, los verdaderos, a quienes se arrebató la identidad cultural de la ciudad, hoy quieren de vuelta a La Chetumaleña, El Caracol, y todos aquellos sitios emblemáticos que hacían que uno se sintiera en casa.

En Manuel Valencia los chetumaleños esperan un municipio diferente, no un cambio, porque el cambio resultó peor.

Con todo el derroche de recursos por parte del candidato “oficial” que, simplemente no levanta como esperaba, el gobernador Carlos Joaquín González empieza a cavar una derrota inminente en ésta y la próxima contienda.

El llamado “Chino” Zelaya, de dudosa nacionalidad, se estancó cuando la legislatura actual, de la que formó parte, aprobó la Ley de Movilidad y Transporte, que él mismo promovió, obedeciendo intereses ajenos para que plataformas digitales pudieran operar en Quintana Roo afectando directamente a las organizaciones de taxistas.

Más aún, cuando un video se hizo viral en redes sociales mostrando la forma en que el “Chino”, promotor de UBER, prácticamente fue sacado a la calle de un evento de taxistas que tuvo lugar en diciembre del año pasado, cuando todavía era legislador,

Hernán Pastrana, un caballero culto y pulcro, que busca la presidencia por la coalición conformada por Morena, PT y MC, pues sencillamente no levanta, algunos argumentan que es por su edad avanzada, pero ahí no opino. Mary Hadad, por el PRI; y Julio “Taquito” que va por la vía independiente, están más fríos que un témpano de hielo.

El pueblo, enardecido, exige hoy más que nunca un gobierno que lo atienda, defienda y entienda, y eso es precisamente lo que, en su discurso, ofrece Manuel Valencia.
La gente no olvida y al final cobrará la factura, como lo hizo con Roberto Borge, que fue un gobernador déspota, autoritario y soberbio.

Othón P. Blanco estuvo abandonado estos dos últimos años, porque el Ayuntamiento del “Cambio” marginó a sus gobernados, y no lo digo de manera personal, lo dicen los ciudadanos que, ya tienen experiencia suficiente para acabar con los malos gobiernos.

En fin, Manuel Valencia sigue sumando voluntades y su nombre suena fuerte.

Recuerdo una de sus frases recientes: “Yo no miro a los de atrás, porque voy adelante, ellos me observan”.

Caballo que alcanza gana.

Por: Alberto Cabrera

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