Se trata de un pequeño grupo de policías rebeldes de Cancún quienes rechazan las acciones de orden y disciplina para el reordenamiento en la corporación de Benito Juárez en busca de combatir la corrupción y la impunidad.
Se ha comprobado que muchos de los policías que se resisten a la limpia de las corporaciones se debe a viejas costumbres y posibles compromisos con grupos criminales que se han infiltrado en las policías para poder operar impunemente.
El reciente caso en Cancún puede calificarse como un motín con agresión física y donde hay que dejar claro que no participó ningún miembro de los otros mandos, como los policías turísticos ni los policías de tránsito.
Las acciones de insubordinación de los elementos de la policía preventiva de Cancún, no ha sido la primera vez que este grupo violento intenta mantener el dominio de la policía preventiva en una especie de autogobierno para sus intereses personales cuando su deber es brindar y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Todo apunta que hay interés oscuras en sus exigencias, puesto que el grupo ignoró todo tipo de institucionalidad y nunca se presentó un pliego de inconformidades con evidencias y firmas que sustentaran la protesta.
Tampoco se expresaron ante la Contraloría, Derechos Humanos, Asuntos Internos, ante el Consejo de Honor y Justicia o hacia la Presidencia Municipal directamente.
Es clara la intención que el motín ha sido la excusa para que este grupo agresivo y violento de policías mantengan el control de la institución e ir en contra de las acciones de orden y disciplina para el reordenamiento de esa policía de Benito Juárez en beneficio de toda la población.