Chetumal.- La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2024, reveló que el 79.9 por ciento de la población quintanarroense se siente insegura, impactando significativamente su vida cotidiana.
En 2023, la tasa de inseguridad en la Entidad fue de 30, 294 por cada 100 mil habitantes, una ligera reducción del 0.3 por ciento en comparación con el año anterior.
“Lamentablemente, esta disminución no ha sido suficiente para cambiar la percepción de inseguridad entre la población quintanarroense”, se lee en el documento. «Este sentimiento de inseguridad, no solo afecta la tranquilidad de los habitantes sino que también tiene repercusión en su vida cotidiana, lamentamos la situación esta situación, porque la prevalencia delictiva sigue siendo alta afectado a todos por igual”, expresó Gilberto Labastida Rodríguez, líder antorchista en Chetumal.
El líder social, urgió a la mandataria estatal, Mara Lezama Espinoza para que intervenga para que ponga orden y garantice la seguridad de la ciudadanía pues es de lamentar que la percepción de inseguridad en la Entidad, no solo se refleja en el sentimiento generalizado del temor, sino en los comportamientos de la población.
Dijo que la inseguridad no solo afecta a os residentes sino también tiene implicaciones para el turismo, uno de los pilares económicos del Estado por ello, es crucial la intervención de las autoridades de gobierno, que tomen medidas efectivas para mejorar la seguridad y restaurar la confianza de los ciudadanos y visitantes.
“Es latente la situación que solo el 35 por ciento de la población se siente seguro al caminar por las calles sin compañía, especialmente por la noche, sin embargo este dato es alarmante porque muestra como la inseguridad está limitando la libertad de movilidad de los quintanarroenses”, agregó Labastida Rodríguez.
Cabe mencionar que a nivel nacional, Quintana Roo reportó una tasa de victimización significativa de 22, 190 víctimas por cada 100 mil habitantes. Entre los delitos más frecuentes en el Estado se encuentran el fraude, seguido del robo y asalto en la calle, trasporte público y extorsión; delitos que no solo generan pérdidas económicas sino que contribuyen al clima de inseguridad en la región.