Aleida Ramírez Huerta
La pobreza espiritual que es la falta de cultivo de la sensibilidad a través del arte en todas sus manifestaciones, está íntimamente relacionada con la pobreza material que sufren millones de mexicanos que dedican largas y extenuantes jornadas a trabajar para apenas vivir en condiciones casi inhumanas. Esta pobreza espiritual se da no por falta de interés de los ciudadanos, sino por falta de tiempo libre y de dinero para pagar el acceso a la práctica de alguna disciplina artística o bien para asistir a eventos culturales de calidad, que en la mayoría de los casos no son gratuitos y se presentan en lugares alejados e inaccesibles para los sectores trabajadores.
Por eso, desde hace 49 años la lucha emprendida por el Movimiento Antorchista Nacional, es una lucha contra la pobreza material y espiritual, que por siglos han padecido nuestros antepasados; para eso, además de abanderar las demandas de carácter material, que hagan más humanas sus condiciones de vida, también se ha propuesto como meta la educación, la concientización de la gente, que el pueblo despierte, abra los ojos y se dé cuenta que una vida mejor es posible, pero que esa vida mejor no la va a poder alcanzar si no se organiza y lucha, y esta ardua tarea de dignificación del ser humano, tendrá que apoyarse necesariamente en la cultura y el arte.
Así, con el objetivo de formar a un mexicano más sensible, inteligente y orgulloso de sus raíces, el antorchismo nacional impulsa la cultura y el arte a través de la puesta en práctica de diversas manifestaciones artísticas, para eso ha creado cientos de grupos de baile folclórico, de danza tradicional, teatro, música, declamación, oratoria y pintura a lo largo y ancho del país; al mismo tiempo que, a través de presentaciones totalmente gratuitas, difunden su arte entre los sectores populares que difícilmente pueden acceder a espectáculos pagados o que están fuera de su alcance.
También con este propósito, se formaron los Grupos Culturales Nacionales, integrados por jóvenes entusiastas de todo el país, surgidos del seno del pueblo que, con dedicación, trabajo y talento, se han convertido en profesionales del arte, que llevan su trabajo a comunidades, colonias y barrios humildes donde trabaja el Movimiento Antorchista; pero que también por su alta calidad artística, se han presentado en foros como el Auditorio Nacional, el Estadio Azteca e incluso han acudido a presentaciones en el extranjero: Alemania, Francia y Cuba.
El arte y la cultura que promueve Antorcha, es eje rector para formar en todos los mexicanos la mentalidad de triunfadores a fin de construir una vida más humana y mejor para todos, donde todos disfruten y sean partícipes de las grandes creaciones de la humanidad, en el terreno material y espiritual. Hoy vemos que, al gobierno federal en turno, poco o nada le importa que el pueblo pobre se haga culto y menos que conozca y practique alguna de las bellas artes, antes bien, procura mantenerlo bien lejos de la realidad, ensalzando a quienes les dan apoyos monetarios, distrayéndolo para que únicamente sepa lo que al gobierno le conviene. No vayamos lejos, ahí está la “Nueva Escuela Mexicana”. Una muestra de que el Presidente, sus teóricos y consejeros, ni siquiera tienen idea de qué hacer con nuestro país.
No es ocioso recordar que un estudio estadístico publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a mediados del año pasado -julio 2022- acerca de la asistencia de los mexicanos a eventos culturales durante ese último año, mostró el creciente empobrecimiento cultural que padecemos los mexicanos, grave para la salud social del país, igual que el empobrecimiento material y la desigualdad social que lo origina; por tanto, la gente no debería acostumbrarse a percibir como algo poco grave el no tener acceso a la cultura en general y al arte en particular.
Porque la cultura es la memoria de los pueblos, la consciencia colectiva, la forma de pensar y vivir del hombre. Ojalá todos lo entendamos y nos decidamos a luchar por conseguir, además de un trabajo que mejore nuestras condiciones materiales de vida, también nos permita educarnos, cultivarnos y elevarnos espiritualmente.
Por lo pronto, el antorchismo nacional se ha propuesto promover la actividad cultural de modo decidido y completo en el seno de las masas populares del país: en niños, jóvenes, amas de casa, campesinos, trabajadores de la ciudad, en todos aquellos que la consideren necesaria, y además, llevar espectáculos de calidad, que calen hondo por su belleza en el espíritu del pueblo, belleza que dulcifica y enternece el brillo de los ojos de hombres rudos de manos callosas por el trabajo, o el de las sencillas amas de casa, cansadas de las labores diarias del hogar, al contemplar la belleza creada por sus hijos las joyas que hoy constituyen los Grupos Culturales Nacionales del antorchismo.
Digo todo esto, porque en esta semana que va del 26 de agosto al 02 de septiembre, 52 jóvenes artistas que forman los Grupos Nacionales de danza, baile, música, teatro y poesía, están realizando una gira de arte y cultura por el sureste del país, en los estados de Quintana Roo y Yucatán. Antorcha hace arte y cultura para el pueblo, para los antorchistas, para todos los amantes y practicantes de estas hermosas disciplinas, por ello quedan todos cordialmente invitados a estos eventos.
Los yucatecos los esperamos el sábado 02 de septiembre, en punto de las 6 de la tarde, en el parque “La Mejorada” de la ciudad de Mérida. Antorcha hace arte y cultura y la pone al alcance de todos.