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Esconder la pobreza, prioridad del gobierno de la “Cuarta Transformación”

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En un análisis de la pobreza en México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que en nuestro país hay 46.8 millones de personas en pobreza, lo que representa el 36.3 por ciento del total de la población, pero ¿son ciertos esos datos? Veamos.
 
Para Julio Boltvinik Kalinka, investigador del Colegio de México, esa es información “falsísima”. Es una afirmación con la que coincide el Consejo de Evaluación de la Ciudad de México, que es un órgano autónomo, caso contrario al Coneval, que es un organismo descentralizado con, entre comillas, autonomía técnica.
 
Hace unos días, reveló el investigador, el Evalúa México subió a su página los datos de pobreza y sitúa los datos del 2022, con el 75.8 por ciento, que equivalen al 97.7 millones de personas, lo que contrasta, y muchísimo, con los 46.8 millones que asegura el Coneval.
 
Es una información que a muchos pone los pelos de punta, porque estaríamos en el caso de que el Coneval es un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, esté maquillando cifras de la verdadera situación que viven las familias en nuestro país.
 
Lo que no deja margen a duda, es que el Coneval está minimizando la pobreza, lo que lleva a la sospecha de que, alguien, desde el mismísimo gobierno, apretó tornillos, exprimió datos duros, escurrió algunas cifras y al final dieron sus datos “light”, de que poco menos de la mitad de los mexicanos viven en la pobreza, o sea el 46.8 por ciento, lo que, aun así, sigue siendo un dato para preocupar a cualquiera y más a quien dirige los destinos del país.
 
El investigador Boltvinik Kalinka expone que el Coneval divide en dos la condición de esos mexicanos, a unos los llama pobres y a otros los llama vulnerables; a los primeros porque tienen carencia tanto por el lado de ingresos, como por satisfacción de necesidades básicas; ahora bien, a los que nada más tienen carencia de alguno de esos dos lados los clasifica de vulnerables.
 
Separan a los que tienen carencias sociales -necesidades básicas insatisfechas-, y a los que tienen ingresos menores a la línea de pobreza, que el Coneval tiene muy abajo y es menos que el salario mínimo actual, en especial en el medio rural.
 
Y resulta contradictorio, algo irreal, que se crea que se vive en el medio rural porque las líneas de pobreza las han puesto hasta por el 60 por ciento por debajo de la línea de pobreza urbana y donde, por ejemplo, los productos de la canasta básica varían y donde se contempla el sombrero, el rebozo, tener espacio para guardar granos y animales domésticos.
 
Otro dato impactante, es que el hacinamiento es de 2.5 personas por cuarto, por lo que si una modesta vivienda tiene un cuarto y una cocina, aceptan que ahí pueden vivir cinco personas sin problema alguno y no son consideradas hacinadas, lo que es una barbaridad.
 
Según Boltvinik Kalinka el 65.7 por ciento, las dos terceras partes de la población en México tienen una o más carencias sociales, a pesar del bajísimo nivel que se toma para medir la pobreza, especialmente por la seguridad social, porque tienen o no tienen seguridad social, y razona que aquí el Coneval no pudo hacer trampa y modificar esos datos.
 
Con esas mediciones, el Coneval considera que para ser pobre hay que tener ingresos menores a la línea de pobreza y una o más carencias sociales, por eso sus datos “de magos infantiles de fiesta, del 36.3 por ciento sólo es pobre”.
 
El Colegio de México, por el contrario, mide tres aspectos, además de la línea de pobreza y las carencias sociales, también el tiempo disponible, libre, que debe ser 44 horas a la semana, si no las tiene, se les considera pobres de tiempo libre.
 
Se mide la intensidad de la pobreza, donde el 100 por ciento es estar muerto, 80 por ciento casi muerto, 70 por ciento están en la miseria total, son los que viven en la calle, 50 por ciento pobreza o menos es intensa, y así por lo sucesivo.
 
El Coneval desapareció y escamoteó a las dos terceras partes de la población llamándolos o rebautizándolos como vulnerables en lugar de pobres, por eso les arroja la cifra mágica del 36.3 por ciento.
 
Para tomar en cuenta, la suma de las cifras del Coneval, de los vulnerables con el de los pobres, es del 72.9, en tanto que la de Evalúa México es del 75.8 por ciento, lo que demuestra que México tiene más «jodidos» y un 25 por ciento de gente que tiene para vivir con dignidad, que tiene vivienda, seguridad y los ingresos para vivir dignamente como merecen los seres humanos.
 
Esas son las cifras que presumió y aplaudió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con la que justifica que su derroche a manos llenas a jóvenes, adultos mayores, campesinos, entre otros, ha dado los resultados que conducen a la disminución de la pobreza.
 
Esa información es falsísima, manipulada, con mediciones que lograron arrojar los resultados que pidió la 4T y tratar de engañar a los mexicanos de que la Cuarta Transformación ha dado frutos, cuando millones de connacionales sienten y experimentan lo contrario, de que la pobreza es real, de que no hay trabajo, no hay médicos, no hay medicamentos, de que el sistema de salud no es del primer mundo y sí de Cuarta.

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