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47 años de lucha respaldan el trabajo de Antorcha

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Por Daniel Osorio García
Dirigente del Movimiento Antorchista de Quintana Roo

Hace 47 años nació Antorcha Campesina hoy Movimiento Antorchista Nacional (MAN) en la mixteca baja poblana, dirigida por el Maestro Aquiles Córdova Morán, quien es uno de los hombres más preparado y visionario de la historia moderna de México. Gracias al trabajo tesonero y perseverante de hombres y mujeres buenos, hoy el MAN se ha convertido en la única organización popular más grande y mejor estructurada de México. Nuestra organización, como hemos dejado claro en todo momento, tiene un proyecto de país propio, con concepción de la política nacional propia y estamos trabajando en el seno del pueblo y con el pueblo para unirlo y organizarlo. Nos estamos preparando para un día, no muy lejano, tomar el poder político de nuestro país para que haya una mejor distribución de la renta nacional.

Somos una organización económicamente independiente, no dependemos de ninguno de los tres órdenes de gobierno y mucho menos tenemos “padrinos” políticos, hemos formado nuestra base financiera con mucho trabajo colectivo y tesonero, de tal manera que, nuestra actividad financiera es totalmente licita y auditable. Por eso, con la frente en alto, podemos exigir a las autoridades de cualquier nivel y de cualquier partido, solución a las demandas de la gente que representamos.

Con nosotros no queda ese famoso refrán popular que dice “no muerdas la mano que te da de comer” no le debemos ningún favor a ningún político o padrino. Antorcha se debe a la gente, en su gran mayoría gente humilde, porque a lo largo de nuestra existencia ha confiado y se ha visto representada por nosotros, prueba de ello es que cuando Antorcha apareció a la luz pública por primera vez en Tecomatlán, municipio mixteco del estado de Puebla, solo éramos una veintena de campesinos y algunos profesionistas. Hoy contamos en nuestras filas con cerca de dos millones de antorchistas, distribuidos en las 32 entidades de la república.

Los antorchistas no solo resolvemos las demandas del pueblo, también impulsamos el deporte en todos los niveles, hay en nuestras filas jóvenes de extracción humilde, que han encontrado en nosotros, la oportunidad de desarrollarse como buenos deportistas que, sin nuestro apoyo, prácticamente sería imposible para ellos. También impulsamos la cultura en todas sus expresiones, hemos formado excelentes cantantes, oradores, músicos, pintores, actores, bailarines en todos los niveles y categorías. Realizamos año con año las Espartaqueadas Deportivas y culturales que es el evento amateur más grande e importante no gubernamental en México que prueban lo que aquí digo.

Llevamos el deporte y la cultura a todos los rincones de nuestro país. Impulsamos la educación académica, apoyamos a los estudiantes de escasos recursos a continuar sus estudios de bachillerato o universitarios con hospedaje y alimentación en los albergues estudiantiles que hemos formado en todos los estados de la república. Formamos escuelas de todos los niveles donde no las hay para seguir educando a nuestros jóvenes. Es decir, el MAN es una organización que como su lema lo dice, está luchando contra la pobreza en México y, desde su nacimiento, trabaja intensamente para lograr su cometido, erradicar la pobreza.

Pero también es un hecho innegable que la imagen pública del antorchismo está muy lejos de ser lo que debiera. La mayoría de los mexicanos piensa todavía de nosotros lo que oye, mira o lee en los medios informativos, esto es, que los antorchistas somos una horda de invasores de terrenos y de viviendas; de perturbadores de la tranquilidad pública con marchas, mítines y otros tipos de protesta callejera sin motivo justificado; de chantajistas que lucramos con la pobreza de la gente y con la “debilidad” de las autoridades que nos toleran todo; porros, violentos, paramilitares y otras lindezas por el estilo.

Ésta es la imagen que la mayoría de los medios informativos han sembrado en la mente de muchos mexicanos a lo largo de los 47 años de existencia de nuestra organización. Con una pertinacia sorprendente y con un odio ferino, más sorprendente aún, la mayoría de la prensa, con rarísimas excepciones, se ha dedicado a martillar en el cerebro del público algunas de aquellas acusaciones, o todas juntas a la vez, con el claro propósito de generar rechazo violento en el ciudadano común y de abonar el terreno para el trato despótico, agresivo o abiertamente represivo, de las autoridades, en contra nuestra.

Un ejemplo claro de lo que aquí digo son los sucesos que recientemente se han estado dando en Chetumal, Quintana Roo. Algunos medios digitales, difundieron el 9 de marzo, el hecho de un hombre que fue asesinado de un escopetazo “una persona fue asesinada la tarde de hoy (sic), luego de que sostuviera una aparente discusión con algún dueño de un terreno en las inmediaciones de la colonia Mártires Antorchistas” es decir, poniendo de referencia una de nuestras colonias que en otro momento ha sido atacada por autoridades municipales y ejidales.

Pero eso solo era el inicio, al día siguiente, la noticia: “denuncian invasión de predios cerca de la zona de supermercados en Chetumal” para luego, como saben hacerle, arremeter con el testimonio de alguien “anónimo” que declara ser el legítimo dueño del predio “el denunciante, explicó (sic) que los invasores son procedentes de entidades como Chiapas y Tabasco, presuntamente liderados por una señora de nombre “Viky”, identificada con el grupo de los antorchistas”. Suma y sigue, “precisamente la misma que se conoce encabezo la invasión de terrenos a un costado del Cereso de Chetumal y otros más detrás del CBTA 11”, y remata: “existe el temor no solo de ver perdida su propiedad, sino incluso de ser objeto de agresiones físicas (Sic) que incluso podrían costarle la vida refiriéndose a la persona asesinada en la colonia Mártires Antorchistas por supuesta disputa de terreno (el subrayado es mío: D.O.G)”.

Como el espacio es limitado, solo quiero decir que esta es una más de las injurias de los personajes que nos consideran sus enemigos y que, nos ven como una amenaza en sus “proyectos” políticos, más ahora, que son tiempos electorales. De sobra está decir que, ni el señor asesinado es miembro de una de nuestras colonias y mucho menos la señora “Viky” es miembro de nuestra organización. Nosotros no invadimos, mucho menos somos asesinos ni personas violentas, no está en nuestras prácticas, aunque los medios de marras “informen” lo contrario.

Por último, si de algo sirve, sugiero a los dueños del predio invadido que presente su denuncia ante las autoridades correspondientes y sea ésta la que se encargue de castigar a los invasores, sea quien fuere. Los antorchistas estamos con la frente en alto y orgullosos de nuestro trabajo en México y en Quintana Roo, porque a pesar de los ataques, cada día que pasa nos vamos fortaleciendo. El único enemigo de los antorchistas es la pobreza, si quieren acabar con Antorcha acaben con la pobreza y de manera automática Antorcha desaparecerá.

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