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ALZA DE PRECIOS EN LA CANASTA BÁSICA

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Por Brasil Acosta
 
La canasta básica es un indicador de precios de los productos que los mexicanos más consumen: alimentos y bebidas no alcohólicas; prendas de vestir y calzado; vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles; muebles, artículos para el hogar y para su conservación; salud; transporte; comunicaciones; recreación y cultura; educación; restaurantes y hoteles; bienes y servicios diversos. Este indicador de los precios de los productos permite fijar la #inflación. Por ejemplo, puede suceder que aumente el precio de un determinado producto de la canasta básica; sin embargo, ello no necesariamente implica el incremento de la inflación, pues la inflación deriva de un incremento generalizado de los precios, es decir, de la mayoría de los productos.
 
¿Qué factores tienden a incrementar los precios? La oferta y la demanda, es decir, la relación entre la existencia de bienes y el deseo, la necesidad y la capacidad de consumirlos. Así, cuando hay muchas naranjas en el mercado y prácticamente los mismos consumidores, entonces, el precio de las naranjas tiende a bajar; de la misma manera, cuando hay escasez de naranjas, entonces, se mantiene la demanda de consumo de naranja, pero no hay naranjas, por tanto, se incrementan sus #precios. En este mismo componente entra la #especulación, pues si un vendedor acapara una determinada cantidad de productos, de tal suerte que esa acción influye en la reducción de la oferta del #mercado, incrementa los precios y luego sale a vender, por tanto, obtiene una sobre ganancia.
 
La oferta y la demanda tiene distintos efectos en función de la #mercancía de que se trate. Por ejemplo, no es lo mismo que hablemos de ropa a que hablemos de petróleo o de fertilizantes.
 
Efectivamente, la ropa se convierte en un artículo de consumo directo; sin embargo, el petróleo -convertido en combustóleo o gasolina-, se transforma en un insumo para la producción o el transporte de mercancías, por tanto, ejerce una influencia directa sobre los costos de producción y, por lo mismo, un incremento en los precios del petróleo como ha ocurrido recientemente, genera, necesariamente, una presión sobre todos los productos que utilizan, directa o indirectamente, este insumo, por lo tanto, dichos productos observarían un incremento en los costos que los productores trasladaran al precio final de las mercancías y, por ende, se incrementaría su #precio final.
 
Por el lado de los fertilizantes, ocurre algo similar, pues tienen una repercusión directa en la producción de alimentos en un doble sentido: si no se aplican fertilizantes, entonces, estamos ante un problema esencial de reducción de la oferta de alimentos y, por tanto, de incremento de los precios; en caso de usar fertilizantes, pero con un incremento de precios derivado, por ejemplo, de las sanciones impuestas a las importaciones provenientes de Rusia, entonces, se incrementa el precio de los fertilizantes y, aunque ello provoque un incremento de la producción, el resultado final será el incremento de los precios.
 
Pues justo esto es lo que está pasando en nuestro país, un incremento de los precios del petróleo, un incremento del precio de los fertilizantes y el abandono del campo por parte de este #gobierno, que se ha dedicado a mal sembrar arboles para que se sequen, a reducir los apoyos de fertilizante a los campesinos y, finalmente, a eliminar los apoyos a la comercialización, han dado como resultado un incremento de los precios de la canasta básica que se ha duplicado o triplicado en algunos casos.
 
Veamos algunos datos presentados por una nota del portal www.puntoporpunto.com intitulada: “Imparable el alza en la ‘canasta básica’ de México; hoy cuesta el triple afectando a los +pobres” (sic). Las quejas de la gente son repetidas y en algo se reflejaron en la rebeldía por cumplir el capricho de palacio de hacer una inútil actividad para la revocación de mandato, en lugar de destinar esos recursos al campo que ahora, más que nunca, se están requiriendo.
 
Veamos. La cebolla tuvo un alza del 199 por ciento en el precio por kilogramo en relación con marzo del año pasado, es decir, que si el kilogramo de cebolla costaba 9.06 en marzo del 2021, hoy cuesta 27 pesos; por su parte, el precio del limón observó un incremento del 114 por ciento, es decir, si costaba 23 pesos el kilogramo en marzo del año pasado, hoy cuesta 49 pesos. “Los granos, que alcanzaron niveles récord de importación el año pasado, tuvieron un alza generalizada de cinco por ciento, impulsada por la harina de maíz y trigo, aceites y grasas, así como el maíz para las tortillas, con aumentos de doble dígito. Entre los productos pecuarios la carne de res encabezó los encarecimientos, con 18.3 por ciento, seguida del tocino, la leche, el pollo y el cerdo, todos con incrementos de doble dígito.
 
Ante la inflación desmedida, que ha alcanzado su mayor nivel en más de dos décadas, la cual ha sido impulsada principalmente por los energéticos y varios productos agropecuarios, el gobierno federal ha planteado una política de control de precios”, política que ha demostrado su inviabilidad en una economía de mercado como es la nuestra y el estado mexicano, como dijo Ángel Gurría, siendo secretario general de la #OCDE, es “chiquito”, no lo soportaría, pues con ese control de precios tendría que subsidiar y no tiene dinero para hacerlo, por tanto, se augura un fracaso rotundo.
 
La canasta básica obtuvo un incremento general del 13.4%, es decir, 6.11% más del valor de la inflación que está en 7.29%. Efectos graves son el incremento del precio de las tortillas y de las gasolinas, que están muy por encima de como estaban en el pasado, pues con Peña Nieto la tortilla estaba en 13 pesos, hoy está en 20, siete pesos más (incremento del 54%), esto significa que los mexicanos la están pasando mal. Que no es cierto que todo vaya de maravilla, como se dice en las mañaneras desde Palacio nacional, se demuestra, repito, con los malos resultados del proceso de revocación de mandato, pues, a juzgar por los familiares de las personas que lamentablemente fallecieron en Nueva Victoria, Chiapas, – a quienes presuntamente se les amenazó con quitarles los programas sociales si no participaban en el proceso de revocación de mandato-. A este ejercicio de la 4T acudieron aquellos que reciben alguno de los programas del presidente, por tanto, 74 millones de mexicanos NO están recibiendo apoyo y, por lo mismo, este gobierno, pese al incremento de la canasta básica, les está dejando solos y a su suerte. Este mal gobierno debe cambiar, por las vías democráticas, pero debe cambiar por uno en manos del pueblo de México. Por ello debemos educarnos y organizarnos en el Movimiento Antorchista ¡para lograrlo cuanto antes mexicanos!

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