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Mujeres quintanarroenses afectadas por la informalidad laboral

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Por Daniel Osorio García
 
De acuerdo con un reporte de la organización “México ¿Cómo Vamos?”, la entidad está por debajo de la media nacional en cuanto a la informalidad laboral, y la tasa al cierre de 2022 es de casi la mitad de la población ocupada, es decir el 44 por ciento. Sin embargo, la elevada informalidad es detonante de la pobreza laboral, pues, en el último trimestre de 2022, el 28.8 por ciento fueron las mujeres las más afectadas, no les alcanzó para adquirir la canasta básica con su salario. Además de afectar más a las mujeres, coloca a la entidad en alerta.
La pobreza laboral ha variado en Quintana Roo, actualmente hay 934 mil 116 personas ocupadas con un empleo sin embargo esta situación de la informalidad afecta, a más de 428 mil personas de la población ocupada a tal grado que en el último trimestre de 2022 el 44 por ciento se encontró viviendo pobreza laboral, asimismo, en el segundo y tercer trimestre el 28.8 por ciento, la situación afecto a las mujeres, confirman los datos del reporte “México Como Vamos” que se alimenta con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2022.
Grosso modo, las mujeres fueron el sector obrero más afectado, esto es cerca del 30 por ciento, es decir, tres de cada 10 reportó dificultades para comprar alimentos con el salario que gana. Incluso en el primer semestre de 2022 llegó a su pico más alto, cuando el 32.5 por ciento de la población de mujeres trabajadores señaló pobreza laboral. Para el segundo y tercer trimestre del año, se mantuvo en cerca del 30 por ciento con dificultades económicas derivado de su salario y en lo que va del 2023, el porcentaje no ha cambiado y no se estima un panorama alentador pues el porcentaje de pobreza laboral esta propenso a que se incremente.
Sin duda, ya sea como vendedoras ambulantes, empleadas domésticas, trabajadoras de la agricultura de subsistencia o temporeras, venteras de comida, las mujeres tienen una representación desproporcionada en el sector informal, tan así que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en “El Progreso de las Mujeres en el Mundo”, precisó que en América Latina y el Caribe representan el 54 por ciento.
Por ello no extraña que la falta de oportunidades laborales formales, el desempleo, la inflación que aún persiste y por la ausencia de apoyo de las órdenes de gobierno, las mujeres de Quintana Roo se han volcado a trabajar en la informalidad, sin embargo, permite a los trabajadores obtener recursos para el sustento familiar, al trabajar en la economía informal, o sumergida, como se le denomina a veces, las mujeres a menudo carecen de la protección que ofrecen las leyes laborales y de prestaciones sociales.
La ONU Mujeres, ejemplifica que, en todo el mundo, hay menos mujeres que hombres que reciben pensiones, lo que redunda en un mayor número de mujeres mayores que viven en la pobreza. Incluso en economías desarrolladas como en Francia, Alemania, Grecia e Italia, la pensión media de las mujeres es un 30 por ciento más baja que la de los hombres.
Eso es un reflejo de las desigualdades que enfrentan las mujeres. Ellas carecen de empleos bien remunerados en comparación con los hombres y sin embargo son parte fundamental en la consolidación económica de las familias. Esto es un claro dato que, ante la ausencia de acciones de gobierno por crear empleos formales, las mujeres han decidido salir de casa, buscar los medios para hacerse de recursos y contribuir al sostenimiento de sus familias, están rebuscando, aunque sean en condiciones adversas, la manera de sobrellevar esta crisis.
Si bien es cierto que una de las condiciones mínimas para que un trabajador pueda tener una vida digna es que cuente con Seguro Social y con un ingreso suficiente para que por lo menos pueda adquirir los productos de la canasta básica; en Quintana Roo las políticas implementadas para la atención de los trabajadores no son eficientes, toda vez que la mayoría de ellos están lejos de tener las condiciones de vida digna y de calidad.
Por otro lado, en Quintana Roo hay 812 mil 100 personas en situación de pobreza, de acuerdo al Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social divididos en pobreza moderada con el 35.3 por ciento (639 mil 700) y extrema con el 9.5 por ciento, es decir 172 mil 500 personas, por ello, urge la consolidación de empleos y que estos sean bien remunerados, además de frenar el desplome de los salarios de los ciudadanos.
Los quintanarroenses ven con alarma la grave situación económica que enfrenta el país y el Estado, así como la incapacidad de las autoridades de gobierno de los tres órdenes, quienes no han podido frenar el desempleo y crear opciones de ayuda a las familias que más lo requieren; y lo peor es que el poder adquisitivo de los salarios es insuficiente para adquirir los productos esenciales de la canasta básica para que las familias no se mueran de hambre.
Es vital para que haya una igualdad de oportunidades y tengan acceso, por el trabajo que realizan, a los derechos de protección que ofrecen las leyes laborales y de prestaciones sociales como las pensiones, los seguros de salud o los subsidios por enfermedad remunerados, asimismo, la desigualdad en México es inducida por el modelo económico actual que facilita la acumulación de riquezas y de políticas clientelares y patrimonialistas que causa más pobreza y marginación social, un mal social que la 4T no ha podido o no ha querido resarcir.

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